La Nación
COLUMNISTAS

Desarrollo sostenible

Me motiva pensar con gran ilusión, de que algún lector tomara estas palabras y las trasmitirá a su alrededor. De lo contrario, mi objetivo de escribir acerca de la sostenibilidad, quería apenas a mitad de camino.

El concepto de sostenibilidad parece, para algunos ciudadanos, una palabra en otro idioma. En el sector público, la palabra ‘sostenibilidad’ siempre está presente en los proyectos de la ciudad, pero desconocen los principios de esta. Desconcertante que repetidamente se nombre ‘sostenibilidad’ en la ciudad y no se tenga claro el término.

Empecemos por definir Desarrollo Sostenible partiendo de una visión generalizada de continuar evolucionando pensando en las generaciones restantes.

Brundtland utilizo por primera vez el término ‘desarrollo sostenible’ en el informe “Cumbre de la Tierra” en 1992; definido como ‘aquel desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones’. Este desarrollo está basado en tres pilares que aunque interdependientes, se complementan mutuamente: sostenibilidad económica, social y ambiental.

Un desarrollo económicamente sostenible debe ser rentable y estar encaminado a la sostenibilidad ambiental y social. De igual manera, es socialmente sostenible al mantener una conexión social que trabaja unida por objetivos comunes. Finalmente, es ambientalmente sostenible cuando evita la degradación de recursos naturales limitados y susceptibles a acabarse por el afán de un crecimiento económico. Esta es la justificación de un desarrollo sostenible.

Pretendo con esto, demostrar que se trata de una definición estratégica de carácter global. Acepto su dificultad al traducirla a la práctica y cotidianidad. Sin embargo, aplaudo los esfuerzos de quienes intentan cambiar sus prácticas en sus hogares, en las calles, en sus vidas; a lo que sugiere el término ‘glocal’: pensar global y actual local

La sostenibilidad involucra un cambio de actitud del ciudadano pasando de su despreocupación a una conciencia responsable, con límites y condiciones. No es válido alcanzar un bienestar deteriorando la calidad de vida de las siguientes generaciones.

Creo firmemente en que una ciudad como Neiva funcionaría de manera sostenible si sus habitantes la asumieran como suya, cuando tuvieran la disposición de participar activamente en su planeación y fueran integrados en procesos de toma de decisión.

El poder intangible que tienen los ciudadanos es vital para el desarrollo sostenible. Un cambio en las prácticas actuales será la herramienta fundamental para encontrar equilibrio y bienestar. La atención y capacitación del ciudadano es fundamental para una evolución saludable de la ciudad.

A manera de reflexión: ¿Cree usted que Neiva satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones?