La Nación
Disculpen las molestias. ¡Nos están matando! 1 16 mayo, 2024
COLUMNISTAS

Disculpen las molestias. ¡Nos están matando!

Dayana Méndez Aristizabal

 En lo que va de este año, sólo en el Huila han sido asesinadas dos mujeres a manos de sus ex parejas. Ellas son Diana Patricia Jojoa de 31 años y Lina Carabalí Covaleda de 26 años. Aunque Diana vivía en San Agustín y Lina en Neiva, la historia de las dos tiene mucho en común. Ambas tenían una relación sentimental, sus parejas eran hombres, las dos habían terminado sus relaciones por los celos, el control y el mal trato que sus parejas ejercían sobre ellas y ambas fueron asesinadas por sus parejas que no soportaron ser abandonados. Muy lamentable y muy casual todo ¿no? Pues he de decirles que no hay tal casualidad, que lo que les sucedió a Diana y a Lina es la historia de las  mujeres que cada año son asesinadas en Colombia y en la mayoría de los casos a manos de sus parejas o ex parejas. El año pasado 758 mujeres fueron asesinadas según el reporte dado por Medicina Legal. Escalofriante, escabroso, indignante, pero cierto.

A las mujeres las matan sus parejas y exparejas y no porque ellos padezcan de un trastorno o que tengan una enfermedad colectiva, ¡no! Esos hombres son el resultado de la sociedad y el contexto que los ha educado, que ha construido un modelo de dominio y control de los hombres sobre las mujeres, que les ha dicho que las mujeres son suyas y que pueden disponer de ellas al punto de que si no está con él pues no está con nadie.

Así que ¡no!, no estamos hablando de gente enferma, sino de hombres sanos embadurnados y educados por el asqueroso machismo que todos los días asesina mujeres. Ese que hace que no exista ninguna diferencia entre un hombre celoso y controlador y un asesino en potencia. Las mujeres estamos hartas de que nos responsabilicen todo el tiempo, “¿pero en qué estaba pensando esa muchacha?, ¿Por qué se metía con ese patán?” como si tuviéramos que hacernos responsables de las conductas de nuestros agresores y asesinos. ¿No es evidente acaso? El patán puede ser cualquiera y el riesgo lo tenemos todas. Las mujeres no queremos ser valientes ni “darnos a respetar”. Queremos que nos respeten y poder vivir libres y tranquilas sin tener que estarnos defendiendo eternamente.

Así que hoy vine a decirles que el de Diana y Lina como el todos los casos de feminicidio,  no son casos aislados; que no es casualidad que las víctimas sean mujeres y los victimarios sus parejas hombres; que sentimos mucho volver siempre sobre los mismo pero necesitamos que la sociedad lo repudie a ultranza; que se revalúe la forma en que estamos educando a hombres y mujeres; que los hombres replanteen su masculinidad, el “macho” que llevan dentro; que el Estado actúe, ya que se la pasa pidiendo a las mujeres que denuncien y finalmente que: Disculpen las molestias, pero es que ¡NOS ESTÁN MATANDO!