La Nación
COLUMNISTAS

El ‘Congresito’

Nadie duda de los avances en la negociación entre el Gobierno y las Farc, pero hay un trancón en la mesa por cuenta de la rehabilitación política de los insurgentes por los dictados de la Corte Penal Internacional al no permitir ni indultos ni  amnistías para delitos de lesa humanidad. Ninguna guerrilla va negociar para irse a la cárcel. Todas las negociaciones con grupos alzados en armas terminaban con indultos y con un rol político, como el M-19, quienes después de desmovilizarse participaron de una Constituyente que generó la Carta Política del 91, y sus cabecillas tuvieron la oportunidad de ser ministros y elegidos popularmente como alcaldes, gobernadores y congresistas. Dirán las Farc con razón, ¿por qué ellos no? Muchos opinamos preferir ver a Timochenco o a Catatumbo en el Congreso que en el monte echando bala y generando violencia. Parece encontrar caminos que allanen salidas a esta situación, y de paso las Farc aspira no solamente sean refrendados por una Constituyente sino que ellos puedan hacer parte de la misma, para desarrollar esa agenda derivada de  la negociación y que operará en el posconflicto.

El Gobierno en cabeza del Presidente de la República en su imaginación creadora, ha lanzado la propuesta de un “Congresito”, conformado por representantes del establecimiento y la insurgencia, la cual ha sido rechazada por los sectores políticos, de opinión y la propia oposición, por lo inviabilidad constitucional, y lo inentendible en su conformación, como el papel que jugaría en simultáneo con el actual Congreso de la República, o la revocatoria de este.

Creo, podría considerarse que los desarrollos de los acuerdos de La Habana se hagan por el Congreso, y como ocurrió en el pasado a las Farc por decreto les asignen una representación para que ellos participen. Es preferible que mientras se dan mejores condiciones democráticas a la guerrilla se le de ese tratamiento, y no corramos el riesgo en esa primera elección post negociación esta vaya todavía con influencia armada, que pueda tener en algunas zonas o provincias del país. Hay que darle salida exitosa a la negociación, y a la insurgencia hay que darle participación pero con instrumentos confiables y legítimos.