Muy mal parada ha quedado la Corte Constitucional a raíz del informe que destapó situaciones de acoso sexual y laboral del que han sido víctimas mujeres en esta corporación emblemática que imparte justicia en el país.
El documento, titulado “Las capas del Techo de Cristal: equidad de género en la Corte Constitucional”, fue elaborado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Usaid, a partir de encuestas a las 240 personas que tiene de planta el alto tribunal, así como a los 20 contratistas de servicios generales.
Las consultadas reportaron barreras para el desarrollo de sus carreras, como jornadas pesadas de trabajo y discriminación, hostigamiento y acoso sexual. Varias funcionarias manifestaron haber escuchado comentarios sexistas o peyorativos. Incluso, dijeron haberse sentido presionadas para aceptar citas o encuentros por fuera de las relaciones laborales. Esas presiones provenían en su mayoría de hombres con cargos más altos. Una mujer reportó que le dijeron que podía tener mejores condiciones de trabajo si accedía a hacer algo de carácter sexual.
El informe advierte algo inquietante sobre lo que está pasando en la Corte Constitucional y que bien podría ser el reflejo de lo que estaría ocurriendo en otras ramas del poder judicial: “La percepción generalizada es que los judicantes son las personas más vulnerables pues están completamente desprotegidas y, normalmente, no tienen a quién acudir si algo les ocurre, pero esto se agrava cuando la persona que hace la judicatura es mujer”.
La Corte Constitucional está llamada a dar ejemplo en la equidad y la erradicación de la violencia de género. Y lo mínimo que espera un ciudadano de esta institución es que, más allá de la creación de una comisión, investigue, castigue y erradique cualquier práctica de acoso laboral y sexual.