LA NACIÓN dialogó con varios escritores opitas, sus miedos, proyectos y reflexiones en torno a la pandemia y realidad casi sacada de una película de ciencia ficción por cuanta del covid-19. Las crisis a lo largo de la historia han dejado invaluables legados culturales, así se construyen algunas obras en Huila.
Este tiempo ha sido bastante extraño para todos, no sabíamos cómo asumirlo al comienzo, pero con el paso de los días fuimos entendiendo que la vida había cambiado, y en esa medida comprendimos que había que hacer otras cosas, aprovechar el aislamiento.
En el caso de nosotros los artistas, el silencio, la soledad y la tranquilidad, son herramientas infinitamente grandes para poder producir; de ello hemos hablado estos días con Cecilia Vargas y el maestro Isaías Peña.
En mi caso particular lo he aprovechado muy bien. Tenía una serie de apuntes sobre historias que siempre quise escribir, casi que eran anécdotas, relacionadas con el amor y siempre había querido hacer un libro de cuentos de amor, pero lo había aplazado.
Cogí esos apuntes y comencé a construir los cuentos que ya estoy terminando, creo que el libro se llamará ‘Los tres hermanos’. En este momento llevo cuatro cuentos, que completaré con un quinto para terminar el libro.
Yo no sabía qué era un encierro, ni vivir en una situación dramática. En mi caso particular, tenemos una casa inmensa, de ahí su nombre ‘Casa Grande’, tiene patio y solar, que parece una finca. Mi encierro hace parte de la tranquilidad del pueblo.
Cada artista tiene sus propias formas de producir. Yo requiero estar en ‘Casa Grande’, en mi estudio y, necesitaba, porque era en el pasado, que fuera de noche, cuando todo estuviera en silencio; era la única manera para producir, pero ahora el aislamiento, soledad y silencio tan agradable hizo que a esta hora, a las 11:00 a.m., esté escribiendo.
En este momento estoy leyendo algo de política, también me gustan mucho esos temas, se llama ‘Los buenos muchachos del expresidente’, de Joaquín Robles Zabala. Y para los niños sí estoy leyendo ‘Hola Andrés, soy María otra vez’, de María Fernanda Heredia. Me gusta alternar.
Del Huila admiro dos autores, en primer, lugar y más que un autor, es un crítico: Isaías Peña Gutiérrez. Y Benhur Sánchez, siempre he admirado su obra. A veces algunas personas dicen que soy el origen de la literatura en Pitalito, pero yo les aclaro que no, que soy el continuador.
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En realidad, la cuarentena fue una sorpresa para todos, pero igual, creo que la vida sigue. Siempre he sido muy de casa y siempre busco hacer cosas productivas, a diferencia de otros que preferían la calle, los cafés o los billares. Los fines de semana y las noches, pinto, escribo y leo, de tal forma, que he seguido esa rutina. Lo otro, en lo personal, no me ha afectado mucho porque después de algunos fracasos, tomé la opción de la soledad, el conocido “necesito estar solo” que me ha servido para pensar, darme cuenta de ciertas cosas, descansar, aclarar la mente, organizar mis ideas, y esa decisión fue el puente para la cuarentena.
Yo creo que estamos viviendo tiempos únicos. Esta pandemia va a terminar tarde o temprano. Días, semanas, quizá meses de confinamiento, nos deben servir para reflexionar, no sólo sobre la salud, o el modelo de desarrollo, sino, sobre todo, un nuevo modelo de sociedad. De todas maneras, algún día, efectivamente todo esto pasará. Unos saldremos vivos, otros no. Pero el mundo nunca será igual a lo que fue hace tan solo 40 días. Los efectos los veremos durante mucho tiempo. Hábitos cambiarán. ¿Volveremos a saludarnos de mano y de beso como antes?
Leo mucha noticia, cuarentena no necesariamente quiere decir aislamiento del mundo. Tenía en mi mesa dos libros: La Semana Santa de Louis Aragón y una selección de cuentos colombianos, El Corazón Habitado. He estado organizando poemas y cuentos, pero igual he escrito algunos textos sobre este tiempo, que he leído en las redes sociales. O sea nos mantenemos pendientes y produciendo.
Se dice que en tiempos de crisis es cuando el ser humano es más creativo, por eso, Einstein decía: “En los momentos de crisis sólo la creatividad es más importante que el conocimiento.” Cuando el miedo y la incertidumbre nos rodea podemos ser más creativos. Tal vez por eso, los artistas tenemos nuestras crisis, nuestras propias cuarentenas. He permanecido por temporadas encerrado escribiendo, pintando o leyendo, alejado de lo que hay más allá de mi ventana. Así que no me sorprenden las crisis, pero si me gustaría que la peste de violencia y miseria en nuestra patria terminara algún día.
Sin nombrar a nuestro poeta mayor, me gusta mucho la obra de Jáder Rivera. Debo decir que conozco la mayoría de los escritores huilenses y me siento orgulloso de esa amistad y de ese compartir con ellos. Lo mismo que sus esfuerzos por publicar y hacer de la literatura huilense un mundo visible.
Cuando termine la cuarentena me gustaría hacer un libro personal con textos y dibujos míos, no tanto hablando de la cuarentena, sino de la vida, de la alegría y la esperanza.
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Estoy un poco acostumbrado a la soledad porque esa es mi naturaleza, no sé si la de los demás, la de un aislamiento voluntario, claro que cuando te enfrentas a una medida impuesta, en algunos momentos entra un poco la incertidumbre. Yo sigo dando las clases en la universidad de Cartagena vía internet, eso me distrae de alguna manera, desde el punto de vista académico.
Siempre he tenido una conexión muy espiritual con la vida, el mundo y Dios, creo que es hora de que el hombre se detenga y reflexione acerca de muchas cosas, sobre todo acerca del trato que le estamos dando a la naturaleza y a los animales. Yo hace cuatro años soy vegano, de modo que tengo un respeto muy fuerte hacia ellos.
Creo que el coronavirus es un llamado que nos hace la naturaleza. De qué nos sirve el conocimiento ordinario, lo que se aprende en el colegio o en las universidades, cuando es un aprendizaje que, de alguna manera, resulta estéril.
Yo estos días he escrito un par de columnas de opinión para un medio de comunicación, que tienen que ver justamente con este tema. Me he dedicado a las reflexiones. Sí he revisado algunos libros de poesía, de ensayo, pero he estado más filosófico y existencial.
El panorama es tan desolador, triste, uno se pregunta “Dios mío, ¿qué es esto?”, todo está cerrado y uno desearía que las cosas volvieran, lógicamente con muchos cambios, la interacción, amistad, el compartir, que son cosas fundamentales. Nosotros somos animales sociales y necesitamos del otro para llevar una vida un poco más equilibrada.
Yo creo que esta situación no se la había imaginó nadie, la pandemia anterior fue en 1918. A veces se piensa que estos tiempos son apocalípticos.
He tenido tiempo de retomar proyectos literarios, estoy preparando una antología de poesía erótica, la tengo hace muchos años, la he venido construyendo. También soy editora, he estado en el ejercicio de acompañar la producción de algunos escritores.
En el sector del arte y de la cultura, los escritores y pintores, somos unos creadores que estamos acostumbrados al encierro, al estar alejados del mundo para dedicarnos a escribir, entonces no ha sido difícil sobrellevar el confinamiento, es como un estado natural para el ejercicio creativo.
En algunos de mis poemas había trabajado lo relacionado con el confinamiento. Mi poema ‘Síndrome’ habla del secuestro, tocaba algunos temas como el confinamiento, la soledad, aislamiento, del sentirse desconectado del mundo, de no tener información; la similitud con esta realidad es el estar desconectado de la sociedad, todos en algún momento tenemos que afrontarla, pero cuando es voluntaria, la negociamos, el problema del confinamiento obligado es que nos toca aceptarlo, eso genera un choque con nuestro deseo de libertad.
Antes, la inconformidad era la falta de tiempo para nosotros y ahora, que estamos en la pandemia, es la inconformidad de tener tanto tiempo.
En nuestra sociedad, la mayoría de los escritores, y soy un ejemplo de ellos, combinamos el oficio de escribir con promover la lectura; producimos libros y formamos públicos lectores a través de talleres y conferencias que son las que en realidad nos producen el sostenimiento económico. Ganamos más dinero por eso que por vender nuestros libros.
Desde ese punto de vista, sí hemos sentido un golpe en nuestra producción económica.
Tengo proyectado publicar ‘Sábanas negras’, un libro de poesía erótica, y un podcast de literatura huilense. Opto por la poesía opita, Luz Dary Torres y Jáder Rivera.