La Nación
El fraile 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El fraile

Albeiro Castro Yépez

Los mitos y las leyendas resultan ser un importante componente a la hora de estructurar productos turísticos, especialmente en este momento cuando las tendencias pos Covid-19, perfilan un turista ávido de vivir experiencias únicas y en ocasiones irrepetibles, adicionalmente, los mitos y leyenda son una forma de vincular las comunidades locales al proceso de interactuación con el turista. En el caso del departamento del Huila son celebres las leyendas de La Gaitana, así como, las de la tierna historia de amor entre Matambo y Mirtayú, leyendas que si bien, las hemos escuchado durante mucho tiempo, poco se han aprovechado como insumo para la construcción de productos turísticos regionales, sin desconocer la inspiración de algunos miradores y de marcas asociadas a productos agropecuarios.

En este sentido debo confesar que en varias oportunidades he visitado las famosas cascadas y cuevas del Fraile, llegando incluso a gestionar su incorporación al inventario huilense de cavernas aptas para la práctica de la espeleología recreativa, pero sin conocer el origen de su nombre. Pues bien, en la reciente visita al corregimiento de San Luis, escuché de la comunidad varias historias relacionadas con el conflicto político, algunas inspiradas en fe y devoción buscando protección, otras con fenómenos de la naturaleza, pero me llamó la atención la del fraile.

Cuentan los lugareños, que como es bien sabido, la región es rica en oro, especial situación que creó la costumbre de transformarlo en alhajas y joyas, muchas de ellas como accesorio de belleza y otras como ofrenda al santo patrón como muestra de su fervor o por las suplicas y favores recibidos, hasta que un buen día, muy cercano a la conmemoración religiosa hizo presencia el diablo en el recinto parroquial para retar al cura a una apuesta, básicamente medir la asistencia de la comunidad a las propuestas conmemorativas, la parroquia con eventos litúrgicos y el demonio con rumba,  al momento de la verdad, la gente se inclinó por la rumba y dejaron al Padre solo en su fiesta, el recursivo rector espiritual se desplazó a las veredas sin lograr conseguir la audiencia esperada, viéndose perdido, el cura optó por cumplir la apuesta abandonando la parroquia, pero antes de emprender la huida armó fardos con las alhajas y  joyas que cargó en las mulas que lo acompañarían en su aventura; avanzó por medio de la montaña hasta llegar a un punto donde se encontró con su contrincante, quien disgustado por el saqueo le impuso como castigo el convertirlo en lítica, tanto a él como a su recua, dando origen a la formación rocosa que hoy conocemos como La Cueva del Fraile o también como las Cascadas del Fraile, historia que vale la pena recrearla para darle contenido o valor a las actividades de aventura que allí se practican.