Cecilia González Villa
ceciliagonzalez@lanacion.com.co
El colegio Santa Librada de Neiva, cuna de grandes profesionales y personalidades del departamento del Huila e incluso considerado por algunos como joya de la educación, no atraviesa su mejor momento.
La situación es tan preocupante que, ahora son sus propios alumnos los que están pujando para que no dejen morir su colegio. Es que las paredes, techos y pisos del Santa Librada presentan serios problemas de abandono y desidia.
A profesores y estudiantes les duele el colegio. Y cómo no, si el Santa Librada es cuna de grandes huilenses, desde hace 174 años.
En sus salones se formaron inquietos muchachos hoy convertidos en destacados profesionales como ingenieros, médicos, escritores y hasta líderes políticos de renombre nacional.
Desde el escritor José Eustasio Rivera, hasta ex ministros y congresistas como Guillermo Plazas Alcid, Jorge Eduardo Géchem Turbay, y Rodrigo Villalba Mosquera, entre otros, caminaron incontables veces por sus largos corredores y disfrutaron de los grandes espacios de la institución.
Sin embargo, hoy, el Santa Librada luce olvidado, lúgubre mientras algunas de sus paredes han comenzado a caerse a pedazos, sin que nadie las toque. LA NACIÓN recorrió sus instalaciones y lo que encontró es preocupante.
Animales que caen del techo
El recorrido por el Santa Librada comienza por la sala de profesores donde las goteras han inundado el recinto en estas épocas de lluvias. El agua que pasa a través de los huecos del techo ha logrado dañar casi todo el cielo raso y los docentes tienen que correr de puesto en puesto en busca de un lugar donde refugiarse.
Los baños para los docentes no escapan a los daños y ya algunos de ellos no prestan servicio alguno. Ni qué decir del techo de donde a menudo caen roedores, arañas y cuanto bicho pueda generar pánico en donde salta.
No se quedan atrás las baterías sanitarias para los estudiantes que son siete y solo dos funcionan. El baño de mujeres actualmente luce medio presentable gracias a que el rector Carlos Fernando Manchola se metió la mano a su bolsillo y reunió lo que pudo con lo obtenido por los muchachos en un jean day.
Uno de los salones tuvo que ser cerrado para su uso debido a que un día cualquiera el cielo raso se vino entero, abajo, dando gracias a que en esa oportunidad no había nadie adentro. Pero así lucen otros donde el paso del tiempo ha hecho lo suyo y las paredes y pisos muestran un gran deterioro.
Por su parte, la biblioteca es un lugar obsoleto. Los libros, viejos y nuevos, permanecen en antiguos anaqueles oxidados y también el cielo raso está dañado.
Algunos de los salones de clase huelen a humedad pues al igual que en otras zonas del colegio, la humedad cobró cuenta. Muchos de los pupitres son muestra de que en ellos se han sentado varias generaciones de alumnos y por tanto ya cumplieron su vida útil.
Las acometidas eléctricas en algunos casos prestan servicio desde hace demasiado tiempo y también presenta daños serios.
Abandono total
Para el rector del Santa Librada, Carlos Fernando Manchola lo que más preocupa es la infraestructura de la institución, tanto en la sede principal como la de primaria.
Considera que el paso del tiempo y claro, el uso frecuente de las instalaciones físicas son las principales causas del deterioro paulatino.
Pero lo peor es que los daños no han sido reparados y todo se ha quedado en promesas de los gobiernos de turno.
“Se han acumulado una serie de intervenciones que ya pueden tener un costo elevado y tenemos problemas muy graves como baterías sanitarias, alcantarillado, cielo rasos y techos. Tenemos una piscina que hasta donde sé, al menos en Neiva es el Santa Librada el único o de los pocos colegios que tiene una, pero tiene 35 años de construida y necesita mantenimiento periódico y como no lo ha tenido, presenta fallas”, anota Manchola.
Y es que según el rector, lo que se puede hacer para mejorar la infraestructura con el presupuesto del colegio en muy poco. Contrario a la parte académica que con todos los problemas, se encuentra en el nivel A de las Pruebas Saber.
El rector Manchola cree que la falta de inversión hace parte de la crisis del sistema educativo. Sin embargo, asegura que la administración del alcalde Rodrigo Lara Sánchez destinó recursos para atender infraestructuras de instituciones educativas pero hasta ahora, a punto de terminar su gobierno, la plata no ha llegado al Santa Librada.
Dijo que en 2017 en una reunión con el entonces Secretario de Educación se acordó una inversión de $2.500 millones.
El anuncio fue recibido con expectativa si se tiene en cuenta que el colegio Santa Librada fue declarado patrimonio histórico y cultural de la Nación, pero tampoco ha servido.
“Frente a esto se encontraron con la dificultad de que los procesos de contratación deben tener autorización del Ministerio de Cultura, ya se superó pero ahora vemos que los recursos asignados para el colegio han bajado. El secretario de Educación (Alfredo Vargas) nos da una proyección por $700 millones, solo para la sede principal, pero tenemos muchas necesidades y lógicamente se quedarán cosas sin hacer”, explica el rector Carlos Fernando Manchola.
Y seguramente muchos daños se quedarán sin reparar, pues el presupuesto anual del Santa Librada no supera los 90 o 100 millones de pesos y debe estirarse para muchas cosas y precisamente la que más se lleva plata es el área de mantenimiento.
De acuerdo con las cuentas del docente, para la sede principal $700 millones prometidos más un poco más la plata para las otras sedes que suman algo así como mil millones, resulta poco.
Por eso para Douglas Daniel Peña, miembro del Consejo Directivo por los docentes, no resulta claro que si para otras instituciones como el Técnico Superior sí ha habido giro de recursos, para el Santa Librada no llega nada.
“La infraestructura se nos está viniendo al piso y en épocas de invierno tenemos situaciones complejas. El colegio necesita la inversión y los recursos que gira el Ministerio de Educación son precarios”, sostiene Peña.
Agrega que tanto profesores como alumnos y padres de familia están preocupados porque los recursos prometidos no llegaron. Inclusive recordó Peña que el propio presidente Iván Duque mencionó hace algunos meses que intervendría el Santa Librada pero tampoco hay asomo de nada.
La plata lista
Consultado por LA NACIÓN, el secretario de Educación de Neiva, Alfredo Vargas, confirmó que en efecto son solo $700 millones para la sede principal del Santa Librada, más cerca de 400 millones para las otras dos sedes.
Dijo que la demora en la inversión ha radicado en la falta de un concepto del Ministerio de Cultura que tras varias gestiones, se logró que a finales de este mes sea emitido.
Luego, arrancaría el proceso de contratación y aproximadamente a finales de julio iniciarían los trabajos de mejoramiento.
Vargas negó que en principio se hubiera hablado de una inversión de $2.500 millones y subrayó que es solo un mito urbano nacido en otro gobierno.
Dijo que aunque pareciera poca plata, la suma de mil millones de pesos, es mucha si se compara con lo invertido en otras instituciones educativas.