La Nación
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El uribismo se tomó el conservatismo

En la convención conservadora no podía haber pasado otra cosa distinta a la que vimos: la lucha entre las dos facciones en que se encuentra dividido el partido, la santista y la uribista. De ahí que o se le daba apoyo a la candidatura santista y ya el senador Gerlein tenía preparada la declaración correspondiente, o se escogía candidato uribista, como en realidad ocurrió. De ahí que una candidatura distinta no podía salir de ahí, pues por una parte Álvaro Leyva no obstante ser un conservador de raza, hace tiempo que la gente lo alinea más del lado de la guerrilla que del establecimiento. Y el doctor Victoria es un notable intelectual adicto a un conservatismo premoderno, monarquista, que no tiene nada qué hacer en una época como ésta.

El resultado de la votación lo deja muy claro. El grueso del santismo pecó por exceso de confianza, pues consideró que las cosas se alinearían como los astros y la reelección del presidente Santos estaba más que cantada. Ese exceso de confianza los mató. Y la cabeza de lista al Senado para las próximas elecciones parlamentarias no pudo hacer uso de la palabra porque los convencionistas no lo dejaron. No puede haber un mayor contrasentido que este, pues si se trataba de una persona escogida por las directivas del conservatismo para encabezar la lista más importante, se supone que está en armonía con el querer de las bases conservadoras. Pero en la convención las dos cosas no armonizaron. La convención se le vino encima al senador Gerlein y tuvo que abandonar el recinto junto con el grueso de los parlamentarios y amigos de la reelección del presidente Santos. Esas bases conservadoras resultaron uribistas y se fueron con Marta Lucía Ramírez, la corajuda exministra de Defensa de Uribe. Ahí estaba toda la gallada uribista encabezada por Carlos Holguín, quienes representaban el grueso de la convención. ¿Qué sigue? Vienen las elecciones parlamentarias y Uribe puede sacar más congresistas que el conservatismo. En esas condiciones, en una coalición con el uribismo quien impondría las condiciones sería Uribe por ser mayoría. Y puede cambiar de candidato e imponer a Marta Lucía Ramírez, porque esos poderes se los dio la convención uribista. Pero daría lo mismo, pues sea Zuluaga el candidato o Marta Lucía Ramírez, el presidente Santos ganaría las elecciones. Y seguiría el conservatismo sometido al uribismo. ¿Cuándo se hará el juicio de deslinde y amojonamiento con el uribismo?