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COLUMNISTAS

El uso eficaz del tiempo: entre Cronos y Kairós

Fermín Beltrán Barragán

Albert Einstein explicaba la teoría de la relatividad de la siguiente manera “…si uno pasa dos horas sentado junto a la chica a la que ama, piensa que es solo un minuto, pero si pasa solo un minuto sentado encima de un horno caliente, piensa que son dos horas”, eso significa que el tiempo es relativo, por consiguiente, se puede gestionar, de acuerdo con el concepto y la percepción que se tenga de él.

El consultor Lluís Casado Esquius, a partir de la mitología griega, explica que hay dos clases de tiempo, el tiempo Cronos, que es cuantitativo, secuencial y externo a la persona y el tiempo Kairós, que es cualitativo, episódico e interno, percibido y mensurado subjetivamente. Los seres humanos, naturalmente temporales, inventaron el reloj para medir el tiempo objetivo, sin embargo, no es fácil medir ese otro tiempo que está en sus sentidos y en sus emociones.

En las grandes urbes y ciudades intermedias parece que el tiempo se ha hecho más rápido, las personas corren como si estuvieran en la era de la velocidad, el ambiente se llena de frases relacionadas con “no me alcanza el tiempo” y luego de la contrarreloj del día llegan a sus casas, duermen un poco y vuelven a iniciar otra carrera, una vez suenan las alarmas al amanecer.

En este panorama de la velocidad, nos encontramos hoy. Por ello es preciso aprender a gestionar el tiempo de calidad, ser capaces de organizar agendas focalizadas, evitar reuniones innecesarias a las cuales muchas personas llegan tarde porque nuestra cultura es de impuntualidad, y esa simple situación arrastra todo un día de trabajo. Hacer reuniones con objetivos claros, usar herramientas tecnológicas para interactuar en línea, dejar a un lado trabajos improductivos y reprocesos, son decisiones fundamentales para no perder horas preciosas.

Y, además ser puntual, que no es cosa distinta que considerar y respetar la importancia y el valor de nuestro recurso tiempo y la de los demás, definir lo prioritario en una agenda y saber decir que no a invitaciones y compromisos inútiles, eso implica analizar para qué voy a determinada reunión, cita o actividad, concentrarse en lo fundamental. Pero ser puntual no es suficiente, es necesario gestionar tiempo Kairós a esos momentos, con toda la capacidad de escucha e interacción, estar realmente presentes, estar por estar no tiene sentido, si no se aporta, si no se cierran las temáticas y si no se definen líneas estratégicas y alcanzables de acción.