Terminó el juicio oral contra el médico especialista en onco-hematología pediátrica, Jesús Ardila Novoa. El profesional fue acusado del delito de homicidio culposo por la muerte de una bebé de 18 meses de nacida. La Fiscalía solicitó al juez condenar al profesional. Su abogado defensor pidió absolución.
Rafael Rodríguez C.
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Condenar al médico especialista en onco-hematología pediátrica, Jesús Ardila Novoa, por su presunta responsabilidad en la muerte de la bebé Isabella Valeria Motta Manrique, de 18 meses de nacida, quien falleció al parecer por un mal procedimiento.
La petición fue hecha el miércoles pasado por el Fiscal 12 Seccional de Neiva en la audiencia virtual ante el Juez Primero Penal del Circuito de Neiva con Funciones de Conocimiento. Mientras que la defensa del galeno pidió que fuera absuelto.
El fiscal manifestó al togado que se había demostrado en el juicio oral con el material probatorio que el galeno no confirmó con el instrumentador quirúrgico qué medicamento estaba recibiendo para el procedimiento con la menor.
“En lugar de recibir Decametasona y Metrotexate, recibió Vincristina y la aplicó por vía intra tecal o sea por la columna que se conecta con el cerebro, producto de ese evento adverso la paciente murió el 12 diciembre 2013”, manifestó el delegado de la Fiscalía, al señalar que la aplicación errónea fue el 1 octubre 2013.
La menor había sido diagnosticada con Leucemia Linfoblástica Aguda a sus escasos cuatro meses de nacida, y de manera inmediata se le inició el tratamiento médico, incluyendo quimioterapias que le iniciaron desde el 8 de octubre de 2012 hasta el 1 de noviembre del mismo año. Meses después debía comenzar un nuevo ciclo de quimioterapias, y de la ciudad de Ibagué, donde tenía su hogar, fue remitida a la entonces Clínica Saludcoop de Neiva, debido a que en la capital tolimense no hubo disponibilidad del medicamento.
Ardila Novoa, quien atendía a la bebé Isabella Valeria, al parecer le aplicó por error el medicamento Vincristina por vía intratecal (espacio lleno de líquido entre las capas delgadas de tejidos que cubren el cerebro y la médula espinal), el primero de octubre de 2013, y que terminó quitándole la vida el 12 de diciembre en Bogotá a donde fue remitida con muerte cerebral.
“Me mintieron”
En el juicio oral, Jenny Andrea Rodríguez, madre de la bebé, recordó que el día que le aplicaron el medicamento en la sala de cirugía de la clínica, las enfermeras estaban preocupadas. “Veo como ‘gallinas cluecas’ a las enfermeras, buscando, llamando por teléfono…le pregunté a María si era que en la Liga Contra el Cáncer no habían enviado el medicamento Vincristina de la niña y ella me dio a entender que no lo encontraban, pero que ya estaban llamando para ver qué era lo que había pasado, me dijo que no me preocupara”.
Añadió que las enfermeras le mintieron al decirle que ya le estaban aplicando el medicamento. “Ellos me fingieron, pusieron una bolsa de 100 ml y me dijeron que eso era la vincristina y que se la estaban aplicando a la niña, yo me quede dormida con la niña en brazos…”.
Sostuvo que, hacia el mediodía, las enfermeras de manera inusual le tomaron los signos vitales a la menor. “Nunca lo habían hecho. Entró el doctor, me dijo que no le diera nada de comer a la niña porque Isabela vuelve a ingresar a sala de cirugía, la niña puede morir en cualquier momento”.
“Nos dieron esperanzas”
La bebé fue llevada en brazos hasta la sala de cirugía por su progenitora, quien la entregó a la enfermera para el nuevo procedimiento que le iban a realizar. “La enfermera la recibió consiente y fue la última vez que la vimos despierta”, expresó la mujer.
Jenny Andrea sostuvo el médico Ardila Novoa entraba y salía de la sala de cirugía. “Nos explicó que le iban abrir cuatro huequitos en la cabeza para hacerle un lavado a la médula porque había pasado algo que ni él se explicaba. Solo decía que se le iba hacer esto a Isabela para salvarle la vida, pero no dijo nunca que fue lo que paso”.
Cuatro horas después la menor fue llevada a la unidad de cuidados intensivos, mientras que sus padres fueron reunidos en la gerencia de la clínica con las directivas, abogados, médicos y el doctor Jesús Ardila. “Todo nos lo dijeron de boca, nunca nada por escrito”, dijo Jenny Andrea.
Indicó que en la reunión les manifestaron que “a la niña le habían hecho una Ventriculostomía para hacerle un lavado, para salvarle la vida y que con fisioterapias la niña se podía levantar, se podía recuperar. Nos dieron esperanzas, nunca nos dijeron lo que había cometido ese médico con la niña”.
La desesperada madre al otro día de los hechos, solicitó la historia clínica de la niña, y se enteró del presunto error cometido por el especialista Ardila Novoa. “Quedó escrito que había sucedido un evento adverso por Vincristina…”, señaló.
Sostuvo que por los estudios en medicina veterinaria “entendí que el doctor me había matado la niña porque ese medicamento era mortal…le había aplicado la Vincristina en sala de cirugía vía intratecal, es mortal. Debía ser por vía endovenosa y diluida la dosis y peso del paciente”.
La mujer en medio de la tristeza y la rabia enfrentó al médico Ardila Novoa “le dije al doctor usted me mató la niña, él decía vamos hacer todo lo posible por salvarla…”, manifestó en la audiencia.
Precisó que en la inspección que las autoridades hicieron en la clínica, encontraron en la basura de la sala de cirugía la jeringa utilizada en el procedimiento con la menor. “Encontraron la jeringa que decía Vincristina medicamento de alto riesgo, el nombre de la niña y el número de identidad de la niña, me lo contó el fiscal en ese tiempo, cuando hicieron el allanamiento a la clínica de Saludcoop. Que la habían encontrado en el cesto de la basura”.
La menor fue trasladada días después a la ciudad de Bogotá por orden de un juez. “La clínica no quería mostrar al mundo el horror que cometieron con mi hija, no quería que supieran que un médico especialista nos la había matado, por eso fue que se quedaron callados y no querían trasladarla a Bogotá y la trasladaron, pero a otra clínica de ellos”, expresó la mujer.
En el primer dictamen Medicina Legal señaló que había muerto por paro cardiorrespiratorio, no obstante, la acongojada madre les advirtió que la niña había recibido un tratamiento médico erróneo por lo que en un segundo dictamen el organismo diagnóstico cuatro años después que la muerte fue por “mala aplicación de medicamento, por la Vincristina mal aplicada”, sostuvo Yenny Andrea.