La Nación
EDITORIAL

Gobernantes mezquinos

Durante los últimos años, el desierto de La Tatacoa, ubicado en jurisdicción del municipio de Villavieja, en el norte del Huila, ha alcanzado un papel preponderante en el contexto turístico. Los turistas dejaron de preguntar sólo por el parque arqueológico de San Agustín. Ahora, les inquieta también La Tatacoa, considerado ya como uno de los mejores sitios en Suramérica para la observación astronómica y arqueológica.

En ese orden de ideas, no deja de ser preocupante los reportes recientes de los organismos de control sobre el manejo de los recursos que dejan los turistas por ingresar a La Tatacoa. Como ocurre en otros lugares turísticos, cualquiera esperaría que los dineros que se recogen sean bien manejados y reinvertidos para el confort de los visitantes.

Pero algo huele mal. Los ingresos por visitas al Museo Paleontológico y al Observatorio Astronómico reportados por la Secretaría de Hacienda en los últimos tres años ascendieron solamente a 198 millones de pesos. Se trata, en efecto, de una cifra irrisoria para la gran cantidad de turistas que están llegando a La Tatacoa.

La incertidumbre por los verdaderos ingresos, los cobros ilegales y la pérdida de los recaudos fueron denunciados por el personero de Villavieja, Christian Camilo Lugo Castañeda. Varios veedores también aportaron pruebas pero ante el desorden y la falta de regulación no se determinó el monto de los dineros que dejaron de ingresar. Los cobros, según el Personero, se han realizado desde hace varios años sin los controles del caso, sin soportes y sin ninguna regulación.

Es indignante que en Villavieja ‘maten’ así la ‘gallina de los huevos de oro’. Es hora que los gobernantes villaviejunos dejen de mirar el desierto de La Tatacoa como una ‘caja menor’ con la que sacian mezquinamente sus apetitos personales.

“Es indignante que en Villavieja ‘maten’ así la ‘gallina de los huevos de oro’. Es hora que los gobernantes villaviejunos dejen de mirar el desierto de La Tatacoa como una ‘caja menor’ con la que sacian mezquinamente sus apetitos personales”

 

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