La Nación
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Habla De la Calle

Si las conversaciones en La Habana se rompen, la culpa sería de las Farc.

La pretensión de imponer el cese de fuego bilateral como uno de sus inamovibles, que llevó a que el Presidente Santos planteara, equivocadamente, los diálogos en medio de las balas y las bombas, ha puesto al país en un escenario que ya se ha vivido varias veces.

El terrorismo decidió intensificar los actos violentos contra los colombianos y la infraestructura, con lo que consiguió levantar una oleada de indignación tan fuerte que tiene el proceso de Cuba en cuidados intensivos.

¿Alguien puede extrañarse de que esa sea la consecuencia de la barbarie de las Farc?

Nadie, en realidad, porque siempre ha sido así.

La posibilidad de la repetición de ese escenario se ha advertido en forma reiterada, una y otra vez, con el ingenuo, pero patriótico, propósito de contribuir a que no se repitieran las lecciones que nos ha dejado el pasado.

Por otra parte, las Farc serían las culpables de la nueva frustración toda vez que actúan con la arrogancia de creer que es posible que la mayoría de los ciudadanos acepten que todos los delitos y actos terroristas que han cometido deben entenderse como el ejercicio del derecho a la rebelión.

Es decir, que la nación reconozca la legitimidad de los crímenes en los que están incursos sus integrantes.

Y también estaría en cabeza de ese grupo la responsabilidad de otro fiasco por cuanto siguen tratando de presionar la consagración de un sistema económico, político y social que ya tuvo su oportunidad histórica y fue un fracaso.

Lo que manifestó recientemente, con angustia, el jefe negociador del Gobierno era previsible.

Pero , bueno , en las circunstancias actuales hay que preguntar cuáles son los nuevos pasos que daría el Presidente Santos.

Con respecto al músculo político indispensable para dar un timonazo, si es que piensa en eso, va a pedir que se firmen contratos de adhesión o va a abrir la puerta para que se estructure una posición nacional de consenso, en materias críticas, no en todo, frente a las Farc?

Está dispuesto el Jefe del Estado a construir con la oposición democrática, y otros estamentos nacionales,  una fórmula de cese unilateral de fuego y hostilidades de las Farc con concentración y verificación capaz y experimentada, para ¿planteársela a ese grupo con la fuerza política necesaria y suficiente?

En fin , en el evento de que toque ponerle fin a éste nuevo ensayo a nadie escapa hacia donde habría que dirigir los señalamientos.

Pero  también es cierto que, si el Presidente no juega otras cartas, en un intento audaz dirigido a cambiar el marco en el que se adelanta el proceso, estaría contribuyendo a que todo salga mal.

Y lo que dijo De la Calle parece más la amenaza del sepulturero que la visión del constructor de escenarios alternativos y novedosos.