La Nación
Hora cero 1 2 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Hora cero

Una de las primeras columnas de opinión que realicé una vez para este diario titulaba ‘‘Grita, el planeta grita’’, y hacía referencia a la problemática ambiental que azota al planeta y a la poca atención que le está dando la humanidad a estos fenómenos ambientales porque, quizá, no hemos vivido aún una situación drástica que nos lleve a pensar las acciones que estamos desarrollando y que están acabando con la madre tierra.

Curiosamente y en la teoría el próximo 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra pero, lastimosamente, debemos decir que no hay nada que celebrar, pues la tierra se está muriendo y nosotros, quienes la habitamos, no estamos haciendo nada para salvarla. Somos tan inconscientes, que ni siquiera por el bienestar económico propio hacemos algo para contribuir a la sostenibilidad del planeta, entendiendo que estos fenómenos ambientales tienen un impacto negativo y directo en la agricultura y por ende en la economía o precios de los alimentos.

Como es común, para todo tipo de situación en la vida de las personas, dejamos siempre para última hora la solución a problemas o acontecimientos que deben ser una prioridad. Para el caso ambiental, que se viene presentando hace décadas, para hablar de una fecha reciente, apenas hace un año sentíamos el fuerte impacto que dejaba el fenómeno de El Niño, pero no lo tomamos en serio y hoy estamos viendo las consecuencias de no hacerlo. Si bien se pronostica que las condiciones de este fenómeno comiencen a cambiar hacia la neutralidad para este año, puntualmente para finales de abril y junio, hay igual que tomar acción a la situación para anticipar cualquier escenario que pueda no solo afectar económicamente a las personas, sino también y mucho peor, físicamente.

Por primera vez, seguramente y de forma directa, empezamos a sentir las consecuencias del cambio climático. Constantes sequías a lo largo de todo el país, como consecuencia del calentamiento global y del daño que le estamos ocasionando al planeta, en Bogotá empezaron hace algunos días a implementar fuertes medidas de racionamiento de agua, con el objetivo de conservar este preciado líquido que durante décadas se ha venido desperdiciando.

Ahora con estas medidas, se escucha por la calle, en eventos, en medios de comunicación, en universidades y otros espacios públicos, la preocupación de las personas que sienten realmente esta situación, que sin importante el estrato socioeconómico, religión o color de piel, terminan en una situación común: sin servicio de agua o con el racionamiento de este líquido.

Lo anterior seguro nos está llevando a pensar que se acerca la hora cero del planeta, que en realidad estuvimos a tiempo de tomar acción y que, al parecer, cada vez se hace más tarde.