Quien logre la paz en Colombia sería un buen candidato al Premio Nobel. No de otra manera se podría reconocer un gran esfuerzo que se requeriría luego de décadas de tanta violencia. Quien logre la paz en Colombia sería un buen candidato al Premio Nobel. No de otra manera se podría reconocer un gran esfuerzo que se requeriría luego de décadas de tanta violencia. Las últimas generaciones no hemos podido conocer la Paz en nuestro país. Al contrario, el conflicto se ha convertido en una forma de vivir. Un secuestro no nos alarma como debería ser. Un ataque subversivo a una población es casi una rutina en los noticieros. Hemos perdido el horizonte de lo que podría ser vivir en un país donde haya tranquilidad. En buena hora el Gobierno Nacional ha estado adelantando, de una manera discreta, diálogos con las Farc con el fin de explorar soluciones definitivas al conflicto. Sin embargo el camino no es fácil, más bienes complejo lleno de “espinas” con malos ingredientes como la pobreza, la corrupción, la delincuencia organizada, los grandes desequilibrios sociales y el desafortunado comercio de la guerra. La paz como objetivo debe dimensionarse desde el punto de vista del pensamiento criollo ¿Qué es la paz para un colombiano? Para algunos puede ser tener empleo, para otros podría significar tener salud u otros podrían creer que solo son palomitas. Pocas veces se asocia la paz con la felicidad, un sentimiento espontáneo que surge de un estado externo de tranquilidad. En un diálogo de tanta trascendencia debería empezarse por tener claro los conceptos sobre la vida por parte de los actores. ¿Qué es la paz para un subversivo? Las diferencias de criterios conciliables, especialmente sobre el comportamiento humano, deberían aproximara las partes antes que inicien las negociaciones sobre otros aspectos. En todo caso, la noticia ha sido muy bien recibida por la mayor parte de los colombianos. Igualmente, de muchas partes del mundo también hay satisfacción por lo que podría representar un cambio en el país hacia la paz. Esperamos que con toda la experiencia que se ha tenido en negociaciones, algunas exitosas como la delM-19 y otras desafortunadas como la del Caguán, se lleguen a importantes acuerdos especialmente para disminuir de manera gradual las altas inversiones en material de guerra, las cuales deberían destinarse en atender la educación y la salud de los colombianos con más necesidades. ramiromunoz@live.com