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La igualdad es una injusticia – Froilán Casas Ortiz

Muchos llevados por un “marxismo recalentado” que no han leído “ni por los forros” a Marx o a Engels, viven gritando la igualdad. Muchos llevados por un “marxismo recalentado” que no han leído “ni por los forros” a Marx o a Engels, viven gritando la igualdad. Pareciera que oyen cantar el gallo pero no saben dónde. Claro, toda rémora necesita su tiburón. Cómo es posible que tenga el mismo resultado aquél que se levanta muy temprano a trabajar, que aquél a quien tienen que llevarle el desayuno a la cama y vive “piyamado” todo el día sólo exigiendo y no dando nada a cambio. La igualdad debe darse en las oportunidades. Quien no las aprovecha, que asuma las consecuencias. El tren pasa una vez, si usted no llegó a tiempo, ya no volverá. El tiempo perdido lo lloran los santos. Si usted solo piensa en la rumba del fin de semana, mañana no será competitivo. Posicione su futuro, estudie con seriedad. No se contente con pasar, no sea mediocre. Estímese, usted puede dar más. No busque la ley del menor esfuerzo. De los mediocres no se ha escrito nada; de pronto han sido tristemente célebres. El éxito no llega por generación espontánea. Cómo pretende tener una vejez asegurada, si vive maltratando su salud. Abusa del alcohol y la comida y le pide a Dios que lo cure. No sea sinvergüenza, tenga un poquito de delicadeza. “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. Deje de envidiar el éxito del vecino, del compañero de clase. Empiece ya, no deje para mañana lo que puede hacer hoy. No espere milagros. Dios no es una alcahueta de su pasividad. Léguele a los suyos un futuro próspero, construya con esfuerzo. Que lo recuerden por lo que hizo de bien, no porque no hizo el mal. Hay personas que viven luchando por la igualdad, llevando una vida sin esfuerzo. No se deje llevar  por el que más grita. Siga al líder que sea coherente. Con  frecuencia quien más levanta la voz encierra un complejo de inferioridad. No cubra su superficialidad con el sofisma de distracción de la igualdad. No es justo que alguien que prevé el futuro, tenga el mismo fin que aquél que ha vivido como zángano. No es justo que los mediocres gobiernen. No es justo que los que viven de rumba, mañana ocupen los cargos de dirección. No es justo que los que trabajan tengan el mismo fin que los vagos. No es justo que alguien llevando una vida austera, termine en  una vida miserable. No es justo que alguien despilfarre la juventud, el estudio, el dinero y termine orondo en una vejez placentera. No es justo que alguien que ha engañado los sentimientos afectivos, vaya a tener una ancianidad rodeada de los suyos. No es justo que el honesto sufra las consecuencias del corrupto. Claro que hay tantas injusticias, que habría que salir de este mundo para no padecerlas. Billi Gates decía: “En el  mundo hay injusticias, asúmalas”. Se ven tantas injusticias por doquier, que a veces habrá que buscar como Don Quijote la ínsula de la Barataria para huir de los vericuetos de una sociedad agresiva y terriblemente marcada por la competencia y el engaño. Pero con todo, siguen habiendo hombres y mujeres por los cuales vale la pena vivir. * Obispo de Neiva