Cuatro campesinos, tres de ellos hermanos, murieron sepultados por un deslizamiento de tierra y rocas, cuando trabajaban en un canal de agua, en zona rural de Neiva. Un labriego más resultó herido.
El trágico episodio ocurrió ayer pasadas las nueve de la mañana en la hacienda Bolívar en el corregimiento de Fortalecillas, en el norte de la capital huilense.
“Nos habían contratado para arreglar el canal…”, dijo el labriego John Fredy Martínez, quien segundos antes del derrumbe de tierra y piedras salió del lugar, “estaba trayendo unos bultos. Me salvé de milagro”, expresó el campesino, quien no se cansa de darle gracias a Dios.
Bajo toneladas de tierra quedaron sepultados los cuerpos de los hermanos Cristian Norbey, John Alipio y Joan Sebastián Lizcano Olaya, al igual que el de su compañero Nicolás Perdomo. “El derrumbe no les dio tiempo de nada”, manifestó en medio de lágrimas Martínez.
Mientras que Santiago Rojas, quien había contratado a los labriegos, logró ser rescatado con vida por campesinos de la zona, que llegaron minutos después. “Ayudamos a rescatar a uno de los compañeros, estaba bastante golpeado, una peña estaba encima”, expresó José Valderrama.
El hombre fue trasladado en un campero al centro de salud del corregimiento, de donde lo remitieron al Hospital Universitario de Neiva. “El paciente presenta un trauma lumbar y laceraciones en la cara y brazo derecho. No tiene heridas de gravedad”, dijo un vocero del centro asistencial.
Dos rescatados
“Bajo nuestros propios riesgos comenzamos a retirar piedras, armados de picas y palas”, relató Valderrama, quien participó en el rescate de dos de los cuatro cuerpos que quedaron sepultados.
El primer cuerpo rescatado fue el de Joan Sebastián Lizcano Olaya, de 16 años. “Pudo más el compañerismo”, señaló el campesino, quien continuó con sus amigos retirando tierra y piedras en busca de los demás labriegos.
Minutos después fue rescatado el cuerpo de Cristian Norbey Lizcano Olaya, de 23 años de edad.
Los cuerpos sin vida fueron trasladados a la morgue de Medicina Legal en Neiva, donde hoy serán entregados a Flor María Olaya y Alipio Lizcano Flórez, padres de las víctimas.
Habrían usado dinamita
El deslizamiento de tierra y rocas al parecer habría sido originado por la inestabilidad de la montaña, luego de la activación de dinamita presuntamente por parte de los campesinos.
Así lo dio a conocer Valderrama, quien sostuvo que escucharon una fuerte explosión en la zona. “A ellos les pareció fácil meterle dinamita a eso. Nosotros escuchamos una fuerte explosión, la gente comenzó a subir, pero no nos imaginamos que fueran ellos”, sostuvo el labriego.
El grupo de campesinos se encontraba en la zona sacando la tierra y piedras que en días pasados cayó en el canal que conduce el agua del río Fortalecillas, para el riego de los cultivos de arroz de la finca.
“Ellos estaban arreglando la brecha que está sobre la peña, la cual se había taponado por un derrumbe, ellos estaban arreglándola. Es un sistema de riego que va para unos cultivos de arroz, los cuales se están secando”, indicó Valderrama.
Desde El Caguán
Los hermanos Lizcano Olaya habían llegado hace dos semanas a la hacienda desde el corregimiento El Caguán, para trabajar en la recolección de arroz. “Estaban trabajando en cultivos de arroz. Ayer ellos estaban trabajando en la sequía”, manifestó María Flor.
Según Beatriz Lizcano, hermana de las víctimas fatales y quien vivía con ellos en la zona, los deslizamientos de tierra son constantes en el lugar donde se encontraban trabajando ayer. “Hace pocos días se presentó un derrumbe y por eso estaban trabajando en el lugar”.
David Cangrejo Torres, director de la Oficina para la Gestión del Riesgo en Neiva, manifestó que los trabajos se suspendieron ayer a las seis de la tarde y continuarán hoy. “A primera hora se reanuden las labores de búsqueda para ubicar las dos víctimas restantes”.
Los despojos de los tres hermanos serán trasladados a la casa de sus padres en el barrio San Roque, en el centro poblado de El Caguán en el sur de Neiva.
