La Nación
COLUMNISTAS

La sed de Neiva…

Una súbita creciente del río Las Ceibas sumió recientemente a Neiva en una crisis del agua que se extendió por más de seis días, afectando drásticamente la vida de todos sus habitantes. Una vez más la Cámara de Comercio, la Universidad Surcolombiana y la Cam, pidieron a las autoridades municipales una reunión de carácter urgente para analizar la problemática y definir de inmediato la agenda de trabajo a seguir. El padecimiento no es nuevo. Ya desde el año 2005 con la constitución del “Comité Cívico Neiva Nuestra”, a raíz de la obstrucción de las bocatomas y desarenadoras del acueducto el 28 de septiembre de 2004, se hicieron las siguientes recomendaciones: 1. Contratar los estudios y diseños para el acueducto con entidades de reconocida experiencia y prestigio como la Universidad Nacional de Colombia. 2. Cambiar el modelo gerencial de Empresas Públicas de Neiva (EPN), de modo tal que la empresa conservara su independencia con respecto al alcalde de turno, fijándose  indicadores de gestión claros. 3. El adecuado manejo de la cuenca hidrográfica de Las Ceibas para prevenir deslizamientos de tierra. 4. Atención prioritaria de carácter técnico en lo referente a la  captación y desarenamiento en las plantas de tratamiento y, 5. La revisión de los parámetros de diseño y adecuación del acueducto. Para infortunio de los neivanos, la administración municipal de turno desatendió las recomendaciones dadas y se apresuró a contratar los diseños con ESSERE Ltda., firma sin la suficiente experiencia ni reconocimiento, causándose así grave detrimento patrimonial a las arcas públicas debido a sobrevinientes sobrecostos, ejecuciones antitécnicas y abandono de las obras por largo tiempo. Se dilapidaron más de 30 mil millones de pesos y el reservorio terminó siendo  construido, según los expertos, en un sitio inapropiado debido a las condiciones topográficas y geomorfológicas del terreno. Los recursos destinados al Proyecto de Ordenación de la Cuenca Hidrográfica del Río Las Ceibas ejecutado por la Cam ascienden a 17.500 millones de pesos para bosques, suelos, recurso hídrico, gestión del riesgo y fortalecimiento organizativo. Pese a la elevada inversión el problema persiste. ¿Qué ha ocurrido? ¿Se ha ejecutado con  los más elevados parámetros jurídicos  y éticos tan trascendental proyecto? ¿Cómo entender  que mientras el suministro de agua reporta graves fallas originadas en la parte alta de la cuenca y en su distribución, se destinen ingentes recursos para canalizar el curso inferior del rio hasta su desembocadura trayendo de paso la tala de un gran número de   añosos y frondosos árboles nativos? ¡Es urgente la búsqueda de una solución  inteligente, transparente y concertada al problema del agua para los casi 400 mil sedientos habitantes de Neiva!