La Nación
Las palabras no se las lleva el viento 1 25 abril, 2024
INVESTIGACIÓN

Las palabras no se las lleva el viento

A pesar de los altos índices de analfabetismo en la región antes del Frente Nacional, la prensa escrita, especialmente conservadora, incidió en los discursos de odio de sus lectores en contra de las militancias liberal y comunista. Este texto hace parte de investigaciones del autor para la Universidad Nacional de Colombia.

Olmedo Polanco

El periódico Acción Conservadora, fundado el 17 de julio de 1932 y que en los últimos años se editaba quincenalmente bajo la dirección de Luis Sérvulo González R., es un ejemplo de los odios partidistas alimentados desde la prensa regional en contra del partido liberal y de las ideas comunistas. Algunas ediciones están conservadas en la Notaría Primera de Garzón. La edición del 9 de febrero de 1952 afirma que la patria estaba dividida entre quienes querían el bienestar de la nación y los que llamaba forajidos del bandolerismo liberal. En primera página Acción Conservadora anunciaba que el Partido Conservador regentaba el orden en la nación. La publicación refería al municipio de Garzón como un lugar netamente católico y que las administraciones de Mariano Ospina Pérez y de Laureano Gómez, eran, según la línea editorial, gobiernos ejemplares que habían corregido los vicios morales y administrativos provocados por los anteriores gobiernos liberales.

Entretanto, algunas autoridades municipales habían justificado la violencia política de los años 50, al considerar que los campesinos seguían enfrentados por viejos odios políticos. Por ejemplo, en un proceso judicial que reposa en el Archivo Histórico de San Agustín, bajo el título: Gobernación del Huila. Juzgado de garantías sociales, sección justicia, originado en Neiva, a través de un recurso de apelación incluido en un auto de detención preventiva, según se inscribe en el folio 48v., se afirma que la mayor parte de la criminalidad del país se originaba entre el campesinado que no superaba los odios y los rencores políticos. En el proceso se indica, además, que no había arma más venenosa y rencorosa que la venganza política. “En el campesino esa venganza es extrema”, afirma el documento oficial. Entretanto, los partidos políticos tradicionales se convertían en agencias de empleos públicos que manejaban clientelas locales, especialmente rurales, a través de caciques electorales. En este contexto previo al Frente Nacional, el carácter político de los partidos cedió ante los comportamientos clientelistas que frenaron la movilización del pueblo y no mediaron ante sus intereses individuales y sociales. El ejercicio del periodismo partidista se ejercía con más adjetivos que sustantivos.

La prensa conservadora regional repetía discursos contra el liberalismo y el comunismo. Acusaba a sus dirigentes y seguidores de ser los causantes de la violencia de los años 50. El Periódico El Porvenir, edición del día sábado 29 de septiembre de 1956, se despachó en críticas contra sus enemigos liberales. Los culpaba de haber creado, alimentado y estimulado la subversión.  Los odios quedaban impresos en el papel. “El Liberalismo pregona la paz y hace la guerra, predica la libertad y se la niega a quien no sea Liberal, adopta en la adversidad la misma táctica de los comunistas para aparecer limpios de culpa”. 

Las palabras no se las lleva el viento 7 25 abril, 2024
Publicación del periódico Acción Conservadora.

Asesinatos a millares y contando 

Corría el año 1959. Según el ministro de Gobierno, Guillermo Amaya Ramírez, 3.198 muertes violentas ocurrieron entre enero de 1958 y diciembre de 1959. El mes con más muertes violentas del año 1958 fue abril, con 562 decesos, un promedio diario de 18.7 muertes trágicas. Según la fuente oficial, los meses más violentos del año 1958 en Huila fueron, en su orden: noviembre 50 homicidios, julio 26 homicidios, septiembre 21 homicidios, junio 16 homicidios. Entre enero y julio del año en mención, el departamento de Tolima registró 1.074 muertos, constituyéndose en la región más azotada por la violencia política. El Huila, que junto a Tolima, Caldas, Cauca y Valle del Cauca, se encontraba en estado de sitio, registró 148 homicidios durante 1958; 40 víctimas pertenecientes al Partido Conservador, y 66 de filiación liberal. Los muertos de otras filiaciones políticas fueron 42.

Las cuadrillas conservadoras actuaban en el occidente y norte del Huila y eran comandadas por Héctor Pérez Gonzáles (El Renco), Lucas Gutiérrez (Matallana) y Amadeo Rodríguez (Matamundo). Las guerrillas liberales comunistas actuaban en Marquetalia-El Carmen, El Pato-Vegalarga-Balsillas-Algeciras, Guayabero-Baraya-Tello y Río Chiquito-Tesalia-Nátaga-Iquira. Hacían parte de las guerrillas: Manuel Marulanda Vélez (Tirofijo), Charro Negro, Richard, Martín Camargo, Januario Valero (Oscar Reyes), Rapidol, Maravilla, Diamante, Joselo y Ciro Trujillo. Integraban las guerrillas de Los Limpios: Leopoldo García (Peligro) y Jesús María Oviedo (General Mariachi).

La Junta Militar había creado comisiones especiales para el estudio de los problemas producidos por la violencia en Tolima, Caldas, Valle, Cundinamarca y Huila. Entre los decretos especiales expedidos para frenar la violencia bipartidista estaban el 0006 de enero 22 de 1958 y el 0165 de enero 21 del mismo año. El Gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla, se había comprometido en otorgar casas a los campesinos y a los obreros. El gobierno nacional, consideraba que el binomio pueblo-fuerzas militares salvaría a Colombia con justicia, paz y libertad. Además, se mostraba interesado en la influencia estatal sobre los medios de comunicación, especialmente de la radio.

El gobierno de Guillermo León Valencia había expedido el Decreto 1718 de septiembre de 1958 mediante el cual se crearon cinco comisiones especiales de rehabilitación en Colombia. A través del Decreto 323 de septiembre de 1958 el gobierno nacional creó la oficina de rehabilitación en el Huila.

En 1959, se registraron en Colombia 1.669 muertes violentas en el periodo comprendido entre los meses de enero y septiembre; 351 homicidios en el mes de mayo. En el Huila, entre los meses de enero y agosto, hubo 20 muertes violentas por confrontaciones partidistas. El mes más sangriento fue marzo (6 homicidios). En varios municipios de la geografía huilense, se empezarían a conformar grupos de ciudadanos armados que apoyaban a las autoridades constitucionales en el control de grupos al margen de la ley. Los civiles armados perseguían a quienes consideraban sujetos de la expansión de las ideas comunistas.