Al menos mil millones de pesos por día son las pérdidas económicas que arroja tan sólo la parálisis de las obras en la construcción del proyecto hidroeléctrico El Quimbo. Al menos mil millones de pesos por día son las pérdidas económicas que arroja tan sólo la parálisis de las obras en la construcción del proyecto hidroeléctrico El Quimbo. El bloqueo se mantiene en los puntos establecidos por los organizadores de la protesta cívica. Sigue la afectación del transporte hacia el occidente del Huila. Expectativa por la reunión del martes 17 de enero en Bogotá con el Gobierno Nacional. HUMBERTO SOSA SIMBAQUEVA LA NACION, GARZON Pérdidas que superan los diez mil millones de pesos, son las que dejan el bloqueo de la carretera que da entrada a la zona de construcción de la represa de El Quimbo, en donde no más son en promedio mil millones de pesos por día que se están dejando de aplicar, lo que complica las condiciones económicas y sociales de la región, de acuerdo a lo que indican los directivos de la obra. 
Desde el 3 de enero cuando estalló la movilización, se impide por completo el ingreso de vehículos a cumplir con los trabajos de técnicos, profesionales y jornaleros de mano de obra no calificada que no han ingresado ya casi en los primeros 12 días de inactividad en el complejo energético que se construye en el centro del Huila. “La situación es crítica, con esta demora en el avance de las obras, se complican las condiciones de desarrollo del mismo proyecto que se mantiene seriamente lastimado y por ende se requiere de adoptar medidas, pues ellos, los campesinos y demás manifestantes tienen derecho a la movilización, pero los daños han sido enormes para toda la ciudadanía, pues el transporte también se afecta ostensiblemente”, dijo uno de los ingenieros de la empresa Impregilo. Agregó que, igualmente, “las empresas que suministran las comidas diariamente para todo el personal que labora tampoco ha podido ingresar y en los primeros días perdieron el consumo que se traía al no permitir el ingreso de los alimentos que ya estaban preparados”. Son cerca de 1.850 personas que diariamente vienen trabajando en el mega proyecto hidroeléctrico y la parálisis no les permiten ingresar, más el alto número de vehículos contratados que han estado paralizados esperando el levantamiento del bloqueo, lo cual, al parecer, dependerá de la reunión que se cumplirá el próximo martes en la ciudad de Bogotá, donde han sido convocados los voceros de la movilización, la gobernadora Cielo González Villa, el director del Instituto Nacional de Vías y los ministerios del Medio Ambiente, Transportes, Minas y del Interior para abordar las reclamaciones que hacen los campesinos, indígenas y demás sectores involucrados en la protesta cívica. La gobernadora Cielo González Villa ha sostenido que no comparte las vías de hecho a las que han acudido los habitantes del occidente del Huila, aunque señaló que ha escuchado sus inquietudes y ha gestionado la solución a varias de las peticiones, especialmente en materia vial Paciente espera Son muchas personas que han estado atentas a que se les facilite el paso, aunque se les ha posibilitado a vehículos que llevan el gas o algunos elementos pasar, pero no se permite nada más, como ocurrió cuando se logró cumplir con el destaponamiento por unos minutos, que incluso generaron algunos inconvenientes pues vehículos de la firma que construye las obras en El Quimbo que intentaron pasar sufrieron algunos ataques. “Aquí nos ha tocado fortalecernos y mantenernos en la jornada de protesta, o de lo contrario nadie nos escucha, mientras que las necesidades son grandes, por la falta de vías, afectadas por el paso de la maquinaria, el medio ambiente está cada día mas afectado y sin contar con los requerimientos que se deben obedecer, para que las obras no sufran. El martes vamos a estar atentos, a lo que se suceda en Bogotá, pero por ahora el paro sigue hasta ser escuchados”, dijo el dirigente y ex concejal de Garzón, José Armando Acuña. El otro sector que con paciencia espera es el transportador que mantiene pérdidas diarias en la zona de La Plata hacia Neiva, las cuales se suman a las presentadas esta misma semana por el impacto en la parálisis vial por los trancones que generaron daños en la carretera central. “Todos estos fenómenos creemos que generan pérdidas que oscilan entre los mil o más millones de pesos para todo el núcleo transportador, más lo que dejan de recibir los municipios por movimientos en productos y demás acciones”, dice Osser Campos Rueda, dirigente del transporte del centro del Huila. Nada definido Los promotores del paro, en cabeza de la Asociación de Defensa de los Afectados por el Quimbo, advierten que lo único que ha existido y lo reconocen es voluntad por cuenta de la gobernadora Cielo González Villa y sus secretarios de Gobierno Julio Cesar Triana y de Vías Jorge Enrique Osorio Botello. “Sin embargo eso no ha sido definitivo pues la solución la debe dar es el Gobierno Nacional con la convocatoria a una audiencia pública para abordar temas que se tejen y que se desconocen en el sector petrolero y su explotación en Gigante y Garzón; la zona del Quimbo y el sector vial deteriorado completamente al occidente del Huila”, dijo Elsa Ardila. Solidaridad y expectativa El comercio de Garzón se solidarizó esta semana con el paro y llevó alimentos, en buena cantidad en una recolecta adelantada por diferentes establecimientos, en apoyo a quienes esperan logren objetivos que después serán positivos para toda la ciudadanía, especialmente en materia de desarrollo, ingreso y mejoramiento de las condiciones de vida de todos los habitantes de la zona centro del Huila. Consideran que se deben replantear algunos aspectos del megaproyecto, especialmente en lo relacionado con mano de obra, compras o suministros que requieren, y contratación de vehículos. A la zona de túneles, tan solo unos 20 trabajadores rasos lograron ingresar en la madrugada del 3 de enero, y son los que custodian las obras para evitar que se llenen de agua y se cause un daño mayor en el avance del proyecto que está paralizado ciento por ciento. Esta semana será definitiva para que el bloqueo en Puerto Seco sea levantado, al igual que el de otros municipios del occidente y se pueda regresar a la normalidad como sucedió en los sectores de Iquira y Tesalia.
