Por: Francisco Argüello
No me incomodan los sindicatos. Los empleados tienen derechos, garantías. Y merecen lo mejor en las empresas, pero cuando se convierten en ‘chupa sangre’ la historia cambia y hay que denunciarlos.
No es justo que en Comfamiliar del Huila seis sindicatos (Sinaltracomfa, Asotrancomfah, Sintracompensa, Asintracomfa, Sintracomfa y Sintracomfh) tengan en jaque las finanzas de la Caja de Compensación porque los beneficios que tienen- especialmente el último sindicato- es de no creer. De los 1357 empleados de la Caja, 408 son sindicalistas que reciben, entre otras cosas, prima extralegal de vacaciones que aumenta según la antigüedad del trabajador (35 días de salario mensual promedio más tres días de salario por cada año de servicio más las demás arandelas de Ley). Es decir, un auxiliar administrativo, solo en primas extralegales, se echa al bolsillo 20 millones al año, aparte de la prima legal de junio ( un mes de sueldo) y diciembre (mes y medio de sueldo). Y ni qué decir de la proprima o prima de antigüedad (cinco años de servicio le genera al empleado 40 días de salario, dos días de permiso, entre otros beneficios. La cifra aumenta, según los años laborados en la Caja).
Para rematar los sindicalizados de Comfamiliar también exigen la prima de carestía (otros cinco días de salario).
El año pasado- por todas estas exageraciones- la entidad giró 2.176 millones de pesos a estos empleados.
Allí- por convención sindical- a una persona le pagan el ciento por ciento de tratamientos médicos especializados. Y hasta el pago total de su universidad y la de sus hijos (hasta el 100 por ciento del valor de la matrícula en una universidad pública o el 50 por ciento en universidad privada).
Las directivas de la empresa- lo sé- han intentado negociar con los trabajadores, pero la ceguera y la torpeza de algunos funcionarios rebeldes es desproporcionada.
Sin embargo, podrán ser víctimas de su propio invento: desangrarán financieramente con sus gabelas a una entidad que podría afectar el funcionamiento de su colegio, su EPS- IPS, el área de mercadeo, Playa Juncal y el Club Los Lagos.
Si realmente los empleados sindicalizados aman a su empresa, deberían desistir de las excesivas arandelas y optarían por quedarse con los beneficios justos que les ampara la Ley. Ojalá lo piensen ahora cuando la empresa está viva y fuerte y no mañana cuando sus empleados terminen por extinguirla porque por un solo auxiliar administrativo sindicalizado la Caja pasó de pagar 25.6 millones al año a 62 millones, cifra que asfixia las financias y la operación de cualquier empresa.
O ¿me desmentirán los líderes sindicalizados del colegio Los Lagos que por pretender sindicalizar hasta los árboles los más de 1.200 estudiantes- ‘que no tienen velas en ese entierro’- aplazaron su inicio de clases hasta el 12 de febrero? Y después de una ardua negociación se concertó que los maestros no se van a sindicalizar en dos años.
Nota uno: Comfamiliar del Huila es de todos los opitas. No de 408 sindicalizados, que así los ampare la Ley, pretenden absurdamente llevar a la empresa al fango. ¡Deberían amar a la entidad que les da de comer!