Aunque parezca insólito, la Alcaldía de Algeciras contrató los diseños de un puente clave pero los contratistas solo entregaron un borrador que nunca pudo utilizarse.
RICARDO AREIZA
unidadinvestigativa@lanacion.com.co
Las crecientes torrenciales de las quebradas ‘Las Damitas’, ‘Quebradón Sur’ y río Blanco, ocurridas en enero de 2012 en Algeciras y otras regiones del Huila, dejaron estragos, no superados, que la ineficiencia quiso tapar.
Los caudales enfurecidos del río Neiva, arrasaron las pocas obras de infraestructura que habían resistido viejas avalanchas.
La ola invernal asociada al fenómeno de La Niña, destruyó otros seis puentes, acueductos veredales e incomunicó a 19 zonas productoras entre ellas en La Virginia, en la vía que de Paraíso (Algeciras) conduce a Balsillas (Caquetá).
Las avenidas torrenciales ocasionaron múltiples taponamientos en las carreteras hacia las veredas El Paraíso, Colón y El Silencio, vía principal hacia Balsillas (Caquetá), el corazón de la despensa agrícola del Huila.
Lo mismo ocurrió en El Espejo, Alto Roble, Las Brisas y Líbano Oriente.
La creciente súbita arrasó con el puente vehicular entre Algeciras y las zonas agrícolas de Colón, Palomono y El Silencio, la principal fuente de producción de alimentos. El puente quedó totalmente destruido.
Urgencia
El alcalde de la época, Alexánder Martínez Ballesteros, decretó la urgencia manifiesta para recuperar algunas obras afectadas, entre ellas el puente vehicular, arrasado por las aguas.
El contrato de consultoría fue adjudicado sin licitación, de manera directa, amparado en la urgencia manifiesta. El contrato fue suscrito con la Unión Temporal Incoser a la carrera para gestionar con la Gobernación la cofinanciación.
El Objeto: estudio y diseño del puente vehicular que comunica el municipio de Algeciras con las veredas Colón, Palomo, El Silencio, Balsillas y San Vicente del Caguán aproximadamente 35 metros lineales de luz y el ancho del tablero de 5 metros.
El contrato tuvo un valor 62,46 millones con recursos de libre destinación, con un plazo de 60 días calendario. Debía iniciar el 27 de diciembre del 2012. Sin embargo, a pesar de la urgencia, terminó enredado.
Los enredos
Según la Contraloría, la contratación de los estudios y diseño para la construcción del nuevo puente a través de la modalidad de contratación directa amparada en la causante declaratoria de urgencia manifiesta no encajaba dentro de los parámetros establecidos en el estatuto de contratación estatal.
“Con esta contratación no se garantizaba de forma inmediata el restablecimiento o la continuidad del servicio público afectado y por ningún lado se avizoraba cualquier circunstancia similar que indique que no hay que esperar en su solución”, explicó el organismo de control.
“De tal manera que resulta inconveniente el trámite legal del proceso licitatorio de selección de contratistas reglado en el estatuto contractual”, acotó.
Graves reparos
No obstante, el alcalde de la época Alexander Martínez Ballesteros, radicó el 3 de abril de 2013 en la Secretaría de Vías e Infraestructura los estudios y diseños del puente vehicular, para la eventual cofinanciación.
Sin embargo, la Secretaría de Vía, una vez revisado los diseños, los devolvió con múltiples observaciones que impedían su utilización.
Entre otras, no tenían firma responsable, lo mismo ocurrió con el estudio de hidrología, según lo consignaron técnicos de la entidad: “No se especifican los cálculos introducidos para determinar los caudales por método racional de la procedencia de los datos de los niveles máximos y mínimos de crecida para los tiempos calculados”.
La Secretaría le comunicó a la administración municipal las inconsistencias que presentan los documentos, estudios, planos y diseños del viaducto.
Un año después el 11 de abril del 2014 la Secretaría de Vías reportó que la alcaldía no había presentado ante ese despacho los estudios y diseños del puente vehicular con los respectivos ajustes, según las observaciones que fueron realizadas. Nunca se hicieron.
El alcalde terminó su mandato y actualmente, seis años después, el puente sigue sin construir, mientras los campesinos, deben cruzarlo a pie en épocas de sequía o en puentes improvisados en invierno.
Todo pago
Lo inexplicable: la administración nunca exigió a los contratistas los ajustes exigidos y la entrega de los estudios técnicos.
“La Alcaldía de Algeciras canceló la totalidad de los pagos correspondientes a la ejecución del contrato, lo que evidencia un presunto detrimento al patrimonio público cuantificado en la suma de 62,46 millones generado por una gestión ineficiente e ineficaz”, concluyó la Contraloría.
En efecto, en el contrato se estipuló que el valor del contrato se pagaría en dos contados: un 50% a manera de anticipo y el saldo a la entrega de los estudios y diseños por parte del contratista al municipio a entera satisfacción previo visto bueno del supervisor del contrato.
El contrato fue cancelado en su totalidad en el mes de abril del 2013 y los estudios y diseños del puente vehicular fueron recibidos por la administración de Algeciras el 2 de abril del 2013.
El contratista se obligaba a entregar los diseños con la descripción y especificaciones en los términos establecidos en los estudios previos en un plazo de 60 días calendario contados a partir de la aprobación de las respectivas pólizas. Sin embargo no lo hizo.
“Por esta razón los estudios y diseños del puente fueron devueltos al municipio para su corrección, pero la administración, al parecer, no resolvió los reparos técnicos”, explicó el investigador.
Las fallas
Las observaciones realizadas por la Secretaría de Vías coincidían con las manifestaciones realizadas en la denuncia que presentaron líderes campesinos de la zona.
Luis Eduardo Escobar Fierro uno de los denunciantes, indicó que el diseño inicial del puente fue modificado porque era para una luz de 30 metros.
“Una vez realizada una visita técnica se determinó que era necesario ampliar la luz a 40 metros y dos luces de 16 y 24 metros, incrementándose el diseño en una luz adicional y una pila intermedia”, explicó.
Por la insistencia le entregó los planos y la memoria sin la firma en los primeros diseños a los que había que hacerle las modificaciones antes de ser firmados por el diseñador y por lo tanto darle el visto bueno. Pero nunca hicieron los ajustes y los diseños quedaron en los anaqueles.
Investigación
La Contraloría confirmó las irregularidades en la ejecución del contrato de consultoría “toda vez que los estudios presentaron falencias que al parecer no fueron subsanadas por el contratista pretermitiendo el cumplimiento y por lo tanto la finalidad estatal.
“En esta medida se configura la existencia de un presunto detrimento patrimonial proveniente del incumplimiento del objeto del contrato de consultoría, es decir, que el municipio de Algeciras a través del mencionado contrato no satisfizo necesidad alguna, pues los estudios y diseños presentaban falencias que impedían su utilización”, precisó el organismo.
“En estas condiciones, la Contraloría infiere la existencia de un presunto daño patrimonial en cuantía de 62,46 millones de pesos, correspondientes al valor total del contrato de consultoría suscrito con la Unión Temporal Incoser, conformada por las empresas Servicio de Interventoría y Construcción Limitada y la empresa Incomags SAS, integrantes de la Unión Temporal Incoser.
El proceso de responsabilidad fiscal avanza, también a paso lento.