Francisco José García Lara
Frágil la memoria de los seguidores del “gran colombiano”, bastó que el “ñoño Elías” hablara de la supuesta financiación de la segunda campaña de Juan Manuel Santos por parte de Odebrecht para que se le vinieran encima al expresidente, olvidando que no fue el único beneficiado.
Comencemos por recordar que Santos fue el que dijo Uribe en el 2010, gracias a esa designación a dedo fue elegido presidente, que después haya decidido negociar y firmar el acuerdo de paz con las Farc desconociendo las instrucciones del jefe es otra cosa.
En la campaña de 2014, el entonces candidato Oscar Iván Zuluaga estuvo en Brasil para contratar a un famoso publicista, quien reconoció que parte de sus honorarios fueron pagados por Odebrecht. Para refrescarles mejor la memoria, en ese viaje fue acompañado por un congresista, entonces intrascendente, llamado Iván Duque, que al ser preguntado sobre el asunto respondió con la pueril excusa que no había estado personalmente en la cita porque se quedó en el carro esperando.
Sigamos sumando hechos, al menos cuatro reuniones del entonces presidente Uribe con ejecutivos de Odebrecht se encuentran claramente documentadas y probadas, en ninguno de esos encuentros se ve al entonces mandatario molesto o incomodo, al contrario, es indudable que se encontraba complacido en tan cuestionada compañía.
No nos detengamos todavía, el exviceministro de transporte del gobierno Uribe, Gabriel Garcia Morales, aceptó que recibió un soborno de 6.5 millones de dólares de la mencionada empresa constructora, por esa razón está condenado y preso.
De este resumen es evidente que el uribismo está vinculado hasta los tuétanos con la firma brasilera reconocida por repartir sobornos para obtener contratos, así lo nieguen ahora o quieran echarle el agua sucia a quien hoy llaman traidor, pretendiendo que creamos que solo él se benefició de la relación.
Así mismo, si el país está hecho un desastre es responsabilidad del “gran colombiano” y sus secuaces que desde el 2002 gobiernan esta atribulada patria, no le saquen el cuerpo a esa responsabilidad, los resultados sociales y económicos son consecuencia de las políticas que en los últimos 20 años desde ese grupo político se establecieron.
Entonces no nos echen cuentos, los seguidores del partido de gobierno no son ningunos santos, pero los santos que hay son de su creación así no sean de su devoción, los llevaron a ocupar los más altos cargos, que se hayan apartado de la línea trazada y renunciaron a ser obsecuentes es diferente, pero son su propia sangre y salidos de sus entrañas.
garcia.francisco@javeriana.edu.co