La Nación
COLUMNISTAS

Matando en el nombre Dios

Con su deformada interpretación religiosa lo han hecho católicos, judíos, musulmanes y hasta narcotraficantes y criminales que oran antes de matar porque creen que Dios los bendice y los protege.
 
Recordemos las cruzadas que fueron campañas militares contra los musulmanes, impulsadas por el papado desde Roma, las cuales se libraron por casi 200 años entre 1095 y 1291, con el propósito de “restablecer el control cristiano sobre Tierra Santa”; después vino otra persecución en España y Europa Oriental que culminó a finales del siglo 15 y luego aplicaron la “santa” inquisición.
 
Terrorismo, maldad y ambición han existido siempre en la historia de la humanidad. La diferencia ahora es que es un empresa que se exporta por el mundo y es más fácil ofertarla y camuflarla, por ejemplo, en éxodos y asilos políticos, generados por la violencia que fomentan fuerzas oscuras que mantienen el control del petróleo. Por otra parte, explotan el fervor religioso y el descontento social.
 
Hay quienes opinan que al decirles musulmanes radicales se generaliza y en parte tienen razón porque los terroristas son fundamentalistas que interpretan distinto el Corán, pero, aunque la religión se llame Islam o islamismo, la forma políticamente correcta de referirse a quienes la profesan es musulmanes.
 
Es indigno que en el siglo 21, cuando el mundo ha avanzado tecnológicamente (quiero creer que también espiritualmente), todavía hayan batallas sangrientas como la que libra el yihadismo que se hace llamar Estado Islámico para autoproclamar y justificar el califato.
 
También es espantoso que se ejecuten masacres como la de París, para “defender la dignidad” de Mahoma, cuyo predicado, los árabes islámicos, interpretan como la preexistente y perfecta palabra de Alá. Hay que recordar que la campaña religiosa y militar de Mahoma fue sangrienta, enfrentándose a los judíos y cristianos que no admitían desmitificar y borrar de la historia a Jesús.
 
Para avivar la caldera algunos radicales cristianos (que los hay) dicen que Jesús advirtió en Mateo 24:11 sobre un falso profeta; afirman que era Mahoma, a quien no se le habría aparecido el Arcángel Gabriel sino el demonio, suplantando al enviado de Dios, por lo tanto, consideran el Corán como una falsa doctrina. Habría que analizar quiénes, cuándo y con qué intenciones escribieron la Biblia que conocemos los católicos.
 
De malas interpretaciones y falsas traducciones de los libros santos está plagada la historia religiosa del mundo.
 
Supuestamente, basándose en el Corán, a los yihadistas que se inmolan por Mahoma les prometen 72 mujeres vírgenes en el reino de Alá. Pobres muchachos cuando su espíritu regrese a la Energía Cósmica (el paraíso), de donde venimos, porque sufrirán desilusión al ver que allá no hay género.
 
La mayor parte de los terroristas se dejan manipular por líderes perversos que, como lo dije, interpretan mal el Corán, otros son mercenarios pagados por la industria de la guerra, las mafias petroleras y el supra-poder, porque las luchas religiosas, en el fondo, no son asuntos de fe sino de control, poder y riqueza y por esa razón, en el mundo se seguirá matando en el nombre de Dios.
(Twitter: @RaulBenoit)