Prestando atención médica y donando zapatos y mochilas escolares a niños, las autoridades militares hondureñas iniciaron este sábado una ofensiva para lograr un mayor acercaniento a la población de un barrio de la periferia noreste de la capital, reducto de pandilleros, constataron periodistas de la AFP.
Más de 5.000 personas se aglomeraron este sábado frente a tiendas de campaña verde oliva levantadas en un polvoriento campo de fútbol en la Colonia La Travesía, para que las atendieran decenas de jóvenes médicos vestidos de blanco y enfermeros militares sentados en sillas plásticas frente a mesas del mismo material.
Madres de familia hacían a su vez fila con sus hijos pequeños para que los militares les donaran zapatos y mochilas escolares.
Frente al campo de fútbol, unos niños jugaban a la guerra, poniendo los ojos en los cañones de una tanqueta estacionada en la calle frente a la cancha, junto a un helicóptero "burbuja" azul y una lancha rápida subida en una plataforma con ruedas.
"Nos están dando un gran servicio, cuando vamos al (estatal) Hospital Escuela ni nos dejan entrar los guardias, y si nos dejan entrar y nos atienden los médicos no hay medicinas", relató a la AFP una mujer que se identificó como Wendy, de 32 años, mientras hacía fila en una carpa.
"Me atendieron de una alergia que me ha salido y me dieron la medicina", dijo Alejandra Matute, una adolescente de 16 años, rubia, alta, con un embarazo de siete meses, también originaria de La Travesía.
En el discurso inaugural de la actividad, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Fredy Díaz, informó que los militares instalarán 84 brigadas médicas en todo el país con las que planean atender a 375.000 personas en 2014, y a 1,5 millones en los próximos cuatro años.
Las Fuerzas Armadas hondureñas cuentan con un total de 14.000 efectivos. Sus mandos intentan limpiar la imagen que pesa sobre ellas por las violaciones a los derechos humanos cometidas en los años 80.
Tras la llegada al gobierno, el 27 de enero, de Juan Orlando Hernández, egresado de una escuela militar de secundaria, las Fuerzas Armadas han ido creciendo en influencia en Honduras, sobre todo por el apoyo brindado la policía en el combate a la delincuencia.
Honduras registra la tasa de homicidios más alta del mundo, 79 por cada 100.000 habitantes, según datos del Observatorio de la Universidad Nacional, atribuida mayormente al narcotráfico y a las pandillas.
La zona en que los militares procedieron al reparto de medicinas, útiles escolares y zapatos está sitiada por las pandillas, que extorsionan a comerciantes y pobladores con el llamado "impuesto de guerra".