La Nación
COLUMNISTAS

Mucho indio y poco cacique

A diferencia de los Partidos de bandería, el Centro Democrático connota de los demás en algo real. Que mientras en el fundado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez hay mucho indio y poco cacique, en los otros sucede lo contrario.

Bajo la dinámica e insomne orientación del senador Uribe, sin duda alguna, y hay que decirlo sin  ambages, este singular espécimen humano, no solo es un consumado líder con indiscutible jerarquía, sino que ha revivido la figura del caudillo. Como lo han resaltado reconocidos analistas, la bancada parlamentaria del CD está ejerciendo verdadera oposición al Gobierno, por su cohesión, carácter, proyección administrativa y contundencia, eclipsando la tradicional de los movimientos de izquierda que, por bizantinismo nunca prosperaron.

Esta actitud política es la que la gente harta de vicios, deshonestidad,  politiquería y ahora atragantada de “mermelada” corrupta, anhela ocurra en el Huila, con el agregado de la postulación para las distintas posiciones de elección popular, de elementos fundamentalmente idóneos en su campo de aspiración, y desde luego, con reconocida solvencia moral, requerimientos sine qua non para el necesario cambio de esta malsana cultura, cuando por lo general el miramiento de los candidatos no es el trabajo denodado por el progreso del municipio y el departamento, sino la contratación oficial para beneficio propio y el de sus compinches para delinquir, como se ha visto en estos lares…

Interpretando el sentimiento de los partidarios del uribismo, si bien es cierto que es una colectividad nueva, aunque con personas que en tiempo reciente nos representaron en distintas áreas del poder público, sus máximas figuras deben asumir con suma responsabilidad y sin ninguna discriminación la organización de la campaña, de consuno con los experimentados que tienen deseos de retomar su actividad para el buen suceso de la colectividad.

Existe el temor de que no se acierte en la escogencia de los postulados y que la labor proselitista no sea lo suficientemente sólida y coordinada, quizás con el convencimiento de que con la sola invitación pública a votar que haga por sus candidatos en su momento del exmandatario en jefe, ya están elegidos.

Hay tiempo para corregir. De lo contrario sería darle la oportunidad a Santos y sus adláteres de decir, ante un nefasto fracaso comicial del Centro Democrático, por los motivos expuestos, que se impuso en la meca del uribismo en Colombia con sus políticas de gobierno, que son una farsa, como la que están haciendo desesperados sus enviados últimamente por aquí, cuando ello sería por absoluta falta de organización política. Y lo imperdonable, con tanto Indio…
Que sea un precedente.