La Nación
Ni derecha, ni izquierda 1 4 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Ni derecha, ni izquierda

La personalidad pendenciera, terca y paranoide de Petro trae ahora la contienda de las movilizaciones, para ver coyunturalmente cual resulta más grande: si la que él ha descalificado o la de grupos radicales que él bautiza y reverencia como ‘su pueblo’ de izquierda y revolucionario. El otro pueblo, ese que atiborró calles y plazas el pasado domingo manifestándose en contra de su actuar caprichoso y voluntarioso que rebasa la Constitución y la institucionalidad, es gente de derecha compuesta por narcos, paramilitares y oligarcas corruptos.

Petro aspira tomar revancha usurpando el Día del Trabajo para que ‘su pueblo’ le exprese respaldo, en nueva contienda de quién ‘la tiene más grande’. Si la pierde sabrá descalificar la derrota con desquiciados artilugios retóricos que le aplaude su galería, como ya es costumbre. Si la gana avanzará soberbio, altanero y delirante acrecentando su actitud autocrática, expidiendo decretos extravagantes a diestra y siniestra. Cualquiera sea el resultado, insistirá en su febril apuesta autogolpista de una constituyente supraconstitucional. A la oposición descuadernada y huérfana no le quedará otro recurso que mantener presionada la opinión pública con la expectativa de que florezca alguna de las denuncias y demandas que cursan en contra de Petro y sus más cercanos colaboradores y familiares, para de esa manera minar la continuidad del progresismo en el poder y retomar las riendas.

Ante este panorama cantinflesco (con disculpas a la memoria de Mario Moreno ‘cantinflas’, que fue un demócrata integral como el que más), el país mayoritario merece ser contemplado de una vez por todas en su pura esencia de centro político que los radicales de izquierda y derecha no le reconocen, porque al hacerlo se les escapa la noción de ser alternativa real de poder. Es un hecho que el extremismo, independientemente de su ideología, conduce a la generación de odios, al absolutismo, al exceso y abuso del poder. Y Colombia, la Colombia que desconocen, está harta de ello.

Desde hace décadas hemos clamado por ese liderazgo vigoroso que legitime las mayorías en un ambiente político de centro alejado de la reyerta histórica clasista, recogiendo las inaplazables causas de los desfavorecidos olvidados de la acción estatal. Buscamos una actividad de discernimiento ideológico concentrado en la unificación nacional con el cierre de brechas sociales pretextadas por el narcoterrorismo solapado en la paz total. Exigimos una opción política de centro constructora de una democracia plena.