La Nación
‘No traicioné a mi esposo’ 4 12 mayo, 2024
(No Aplica) caquetá

‘No traicioné a mi esposo’

¿Por qué la Gestora Social del Caquetá escribió una carta en contra de la gestión de su esposo, el Gobernador? ¿Qué pasó después del escándalo? ¿Oposición hecha en casa? María Jenny Joven Bocanegra responde.

La encuentro en su residencia, en una casa fiscal del Ejército en Florencia, Caquetá. María Jenny Joven Bocanegra abre la puerta e invita a seguir. En la sala, la primera imagen que se observa está sujetada en su portarretrato: ella junto a su esposo Víctor Isidro Ramírez. Se ven felices. Están en el mar. En otra foto aparecen sonriendo durante la posesión de él como Gobernador del Caquetá y ella como Gestora Social.

‘No traicioné a mi esposo’ 10 12 mayo, 2024

Hoy no se ve tan feliz, aunque intente disimularlo. Sentada y frente al computador de su casa, el 12 de noviembre de 2013, tecleó en una carta las frases más fuertes que haya podido escribir en contra de su esposo. Lo saludó y le lanzó su primera frase de cañón: "solo tenemos para entregarle al pueblo un pobre balance de desengaños y frustraciones".

Y siguió: "Usted Señor Gobernador, muy inferior al juramento que prestó ante la comunidad que lo eligió, desconoció todos los preceptos de lealtad y respeto por su departamento… ".

Había más en su corazón. "En razón a lo anterior, me obliga a dirigirme hoy a su Despacho para hacerle entrega de la oficina que me fue asignada para la ejecución de mi trabajo".

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Sus dedos seguían escribiendo lo que pensaba. Confesó a su esposo que se había convertido en una piedra en el zapato para algunos funcionarios de su Gobierno. Dijo que no se debía (en el Gobierno) patrocinar intereses de foráneos que desangran presupuestalmente al Departamento. Lo expresó porque la mayoría de cuotas en su gabinete provienen de Bogotá (Secretario de Gobierno, Tránsito, Recursos Humanos, Salud, Educación…).

"Usted prefirió escuchar o mejor dejar manejar las cuerdas de los titiriteros que desde Bogotá lo convirtieron en una marioneta vergonzante de nuestro departamento", le tecleó.

La carta terminó en poder de la prensa, explotó y sobrepasó el escándalo nacional. Era la Primera Dama del Caquetá escribiendo contra su propio esposo, el mismo hombre con quien se casó por su iglesia hace once años y con quien tiene una hija.

“Sigo casada con él, soy su esposa y por tanto sigo siendo la Gestora Social del Caquetá”, dice.

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No obstante, Nelly Loaiza la destronó en junio de 2013, cuando la pareja se separó. Es la madre del Gobernador y hace de Gestora Social. En la Gobernación informaron a LA NACIÓN que la pareja no convive desde junio. Y él ya adelanta trámites de divorcio. Víctor Isidro Ramírez prefirió no hablar del tema por considerarlo personal.

Mientras tanto, el secretario de Gobierno, Luis Eduardo Campo; Educación, William Renán; Tránsito, Ana María Barrera; Recursos Humanos, Jaime Vargas; Salud, William Ramón -todos del Partido Mira, importados desde Bogotá y criticados por la Gestora Social- siguen en sus cargos.

¿Por qué tomó la decisión de escribir esta polémica carta?
La gente creyó en este gobierno y dijo ‘vamos a dar ese voto de confianza, de opinión’ porque veían que nosotros trabajamos por lo social. Y nos dieron esa votación impresionante. Sin embargo, con el tiempo veo que aquello que habíamos pregonado en parte se cumplía y en parte no. También veo apoyo de gente que viene de otras partes del país a ocupar puestos de gabinete, mandos medios. Me dicen que eran los primeros seis meses que iban a ocupar dichos cargos, pero pasaron dos años y nada, siguen ahí. Y ve uno las encuestas por todos lados que siempre el Caquetá está en el último lugar. Digo, bueno si importaron cerebros, si trajeron gente de otro lado, no están respondiendo. Yo trabajaba sola, sin recursos del Departamento y sin el apoyo de dicho gabinete. Era más fácil que yo articulara con otras instituciones que con ellos. Veía que no se preocupaban por lo social. Ahí decidí escribir la carta.

¿Cómo la escribió?
Me siento en mi computador a las 2:00 de la tarde, pensaba qué plan hacía apoyar a las primeras damas de las alcaldías de Caquetá. De repente miro a mí alrededor y digo ‘Dios mío, estoy trabajando sola, no tengo nada, al contrario he sentido ese rechazo, he sido la piedra en el zapato de muchos’. El Secretario de Planeación había querido quitarme la oficina; el jefe de Recursos Humanos necesitaba un computador, cogió el mío, no lo devolvió y me dañaron todo el informe que yo venía haciendo. No tenía ni las mínimas herramientas para hacer mi labor social. Entonces, decidí escribir la carta. Ya me había ido de la oficina de la Gobernación, e incluso me habían quitado todo el personal. La carta la empecé con sentimentalismo y dije ‘así no puede ser’, la redacté desde lo profundo de mi corazón y dije que no tengo que dejar ver mis cosas sentimentales. Lloraba, es muy duro, pero solo quería sentar un precedente. La borré, la cuadré de otra forma buscando que no se dejara ver nada personal. Sabía que el Gobernador se iba de viaje a Bogotá y tenía que ser el primero en conocer la carta porque era para el Despacho del Señor Gobernador con copia a Defensoría, Personería. Ingreso al despacho, le digo ‘Señor Gobernador mira esta carta, vengo a presentártela formalmente. No la he radicado. Solamente quiero que tú me respondas’. Él la leyó, no hizo ni el más mínimo gesto, no parpadeó, no movió siquiera sus labios. Leyó la carta muy detenidamente, pasó la siguiente hoja, terminó y no dijo nada. Entra a su baño, sale de la oficina y yo le pregunto ¿qué opina? Y responde que nada. ‘Haz lo que quieras’, me dice. Solo le dije ‘bueno’. Él le pide a la secretaria que me reciba el oficio, lo radico, pero espero que detenga la carta. Me voy a la Asamblea del Caquetá, la radico allá y un diputado toma el documento y lo da a conocer.

¿Y qué ocurre?
Al otro día tenía que adelantar una labor social en Milán, Caquetá, con médicos, ginecólogas. Viajo en canoa a las cinco de la mañana y no había pasado tanta cosa. Cuando regreso me encuentro a los medios de comunicación en mi casa, me pareció extraño pero respondí. Me llamaron de medios nacionales y algunos medios desvirtuaron la carta al aire, decían que eran problemas de pareja, de celos, de marido y mujer. Les pedí respeto, me dieron ganas de colgarles. En la carta no hablo de aspectos personales, de mi vida privada, solo mencionaba algo administrativo, de un gobierno.

¿Era fácil para usted pensar que había metido en líos a su esposo?
Llego de Milán y reviso en internet ‘carta de primera dama’ y me doy cuenta de lo que había trascendido. Dije ‘Dios mío qué estará sintiendo mi esposo, cómo estará’. Empiezo a hablar con Dios, hasta llegó el momento de acusarme a mí misma. No podía haber provocado tanta cosa, pero después dije ‘no más. Lo que se hizo fue una sola carta donde no digo mentiras, manifiesto la verdad de acuerdo a mis principios, valores, y veía que no se estaban cumpliendo esos propósitos que se había hecho con los caqueteños’. No hice sino una cosa: pasar una carta diciendo la verdad. Ellos (oposición) hicieron miles de cosas en mi contra, del pueblo.

¿El Gobernador qué le dijo? ¿Le volvió a hablar?
Duró sin hablar mucho tiempo. Me volvió a hablar una vez que nos encontramos en Bogotá, pero no más. Ha seguido viajando, llega a Florencia y se regresa. Nos encontramos dos semanas después, él me llama y nos vemos, solo me dijo que en el Caquetá todo el mundo hablaba, comentaba del tema, que había comentarios, pero no dijo nada más. No me dice nada al respecto porque él sabía, él me permitió hacerlo, me dijo hágalo, presente la carta, pero nunca se imaginó que fuera a trascender tanto; yo tampoco. No hubo peleas, nada, él es muy calmado.

Cuando lo vio en Bogotá, ¿qué sintió? No era fácil encontrarse con el hombre a quien usted le había hecho daño en el Gobierno.
Normal, yo estaba tranquila. Hablamos, le dije que cómo estaba porque él asistía a una audiencia de la Procuraduría General de la Nación. Le pregunté cómo le había ido, me respondió que tenía un receso y que en la tarde regresaba. Que el proceso se estaba llevando lo mejor posible. No más. No me dijo nada de la carta, pensé que lo hiciera, pero no.

¿Ahí la relación terminó?
Pues ahí estamos…

¿Ustedes ya no tenían relación?
No. Él sigue todavía… como en todo matrimonio hay desacuerdos, dificultades, aún sigo casada con él, aún sigue siendo mi esposo. No sé si es su orgullo, su forma de ser, su machismo, su prepotencia, cuando le digo lea la carta, no hace el más mínimo gesto, no mueve la ceja, los ojos. Nada.

¿Se vieron en Bogotá y se volvieron a reencontrar después?
Viene, viaja. Cuando yo llego él viaja, así…

Después de la carta, ¿sigue siendo la Primera Dama?
La Primera Dama es la esposa del gobernante, no me he separado de él aún. Sigo siendo su esposa, la Primera Dama. Y si me llegara a separar de él sigo siendo una gestora social del Departamento, seguiría gestionando por mis comunidades. Uno no necesita tener un título para ayudar.

¿Hace cuánto él está por fuera del Caquetá?
Hace poquito…

Entonces, ¿usted vive desconectada de él?
Pues nos hablamos por el Whatsapp.

¿Cree que hizo daño con la carta?
No he hecho daño. Lo único que he hecho es decirle a un gobierno abra esa puerta de las oportunidades.

¿Al menos, puso en riesgo su hogar?
Pues uno no sabe, pero tengo que estar preparada para cualquier cosa. Cuando tomé esa decisión -independientemente de lo que pudiera pasar- yo estaba convencida de unos principios y una moral, los propósitos que se trazaron cuando se hizo una campaña.

¿Ha vuelto a la Gobernación?
Sí. No me dicen nada, ese es un espacio de nosotros los caqueteños, es una entidad pública, uno puede ir normal. Quienes llevan trabajando hace tiempo allí me quieren, me apoyan, me han brindado su cariño.

¿Cómo califica la gestión de su esposo?
Yo no la califico, la califican las encuestas. No es lo que yo crea, es la realidad, lo que es, lo que se ve. Si llevamos dos años de gobierno y si vino la mejor gente de todos los departamentos, entonces ¿qué ha pasado? ¿Por qué en Caquetá no se ve el desarrollo? ¿Por qué siempre Caquetá queda en últimos lugares en las encuestas? Digo que se importaron cerebros porque, según él, se trajo gente que piensa, que va a sacar adelante este departamento y que sacarán adelante la región.

¿Qué pudo pasar con él? ¿Por qué no le puso cuidado a sus recomendaciones?
Porque está rodeado de aquellas personas que manejan una doble personalidad, ellos dicen esto es lo que se debe hacer, es lo correcto y mentira que no es así.

¿Eso le duele?
No. Independientemente de eso no importaría si él lo hace y las cosas marcharan bien porque ahí la equivocada sería yo, pero cuando uno ve que hay una equivocación por el otro lado es diferente.

¿Quién ganó en esta pelea?
No se ha ganado. Se sentó un precedente. Ganaría el pueblo caqueteño si el Gobernador tomara una decisión, si él decidiera trabajar con su gente del Caquetá, independientemente de que yo esté o no en el Gobierno. Yo me salgo, no hay problema, pero gobierne con la gente que siente, que ama este departamento. Hay muchos profesionales. Ahí se ganaría. Lo que yo dije es lo que el pueblo quería decir, pero no podían porque tenían contratos o alguna conexión con la Gobernación. La única forma de que gane el pueblo es que se abra esa puerta de oportunidades.

¿Habla del partido político Mira que concentró su poder en Caquetá y le llevó al Gobernador la mayoría de cuotas para su gobierno?
No quiero hacerle daño a ningún partido político, no quiero mencionar partidos. No es como tal el movimiento, sino algunas personas…

¿Usted quiere a su esposo?
Lo amo con todo mi corazón. Lo amo.

Si usted hubiera sido la Gobernadora y él quien hizo la carta, ¿cómo habría actuado?
Le hubiera prestado atención. Le hubiera preguntado qué es lo que quiere. Si él me está haciendo una observación más grande como esa, le brindo apoyo, le pregunto cómo creería usted que fuera la mejor forma.

Yo insisto en lo mismo: que la carta de rechazo se la envíe cualquier ciudadano es normal, pero la propia esposa…
Independientemente de mi vida, de lo que pueda pasar con mi situación personal, sentimental, yo quiero a la gente del Caquetá, soy caqueteña, he recorrido todo el departamento y veo las necesidades, el atraso del pueblo. Es un gobierno de oportunidades, listo, ya se las dio a la gente que viene de otros departamentos, pero ahora désela a la gente del Caquetá. Dos años dándole oportunidad a la gente de afuera ¿Y los de acá qué?

¿Está pensando en lanzarse a la política y este pudo ser un acto de campaña?
Hay gente que dice 'seguramente es que ella (yo) está pensando en lanzarse a la Cámara o Senado de la República, pero no. Mis intereses nunca han sido esos. La gente sí me dice ' lo que tu decidas, estamos contigo, te apoyamos, pero no'.

En Campoalegre, Huila, el alcalde se separa de la esposa, pero era para que ella no se inhabilitara y se lanzara después a la Alcaldía. ¿Acá no pasa igual?
No porque la carta no se hizo por razones personales o sentimentales.

¿Pero le gusta la política?
A mí me gusta servirle a la gente. Y no necesito estar en un cargo público para servirles a las comunidades. Desde mi casa puedo apoyar a las comunidades.

El Gobernador sufrió un accidente a los pocos meses de posesionarse en carreteras del Huila donde su hermano, quien iba en el carro, terminó parapléjico ¿Qué pasó con ese tema?
Yo me hago a un lado de ese tema, es mi familia, me duele, yo no he hecho sino apoyarlos. Si mi cuñada llegara a tomar alguna acción en contra, yo respeto. No estoy en los zapatos de ella, lo que viven es muy duro: tiene que ver a su esposo (mi hermano), muy joven, con dos hijos, muy mal. Ella se está deteriorando, es joven y bonita, tiene que tener enfermera de día, de noche. Tiene que limpiarle el excremento, sondearlo cada dos horas, voltearlo sin importar si está durmiendo o no. Tiene que tener un despertador para voltearlo cada dos horas. Ella sufre de la columna, se pone una faja porque él pesa. Yo no interfiero en ese tema.

¿Desde ahí no empezaron los problemas con su esposo?
No. Tanto a mi hermano como a mi esposo los apoyo. Ellos iban ahí, en el carro, son dos personas adultas, mayores que saben qué fue lo que pasó.

Conclusión: ¿traicionó a su marido?
No. Yo se la mostré (la carta) primero a él, no fue a escondidas. Yo se la presenté primero a él. Eso no es traición, él sabía…

¿Oposición hecha en casa?
No es oposición. Es decirle, yo también soy caqueteña y siento mi pueblo.

Víctor, amor, bebé, Gobernador, ¿cómo lo llama?
En la casa, amor; en la Gobernación, Señor Gobernador.