La Nación
COLUMNISTAS

No violencia=educación

Una tarde al lado de mi casa, en el parque infantil, escuché a un pequeño niño de no más de 4 años balbucear: “bobo, estúpido ahora si te voy a matar”, esta frase fue reiterada durante todo el rato en el que él jugaba con otro niño de igual edad, mientras su madre lo contemplaba y lo reprochaba por dañar sus juguetes de manera muy agresiva, no tanto por las palabrotas que decía y su significado.
 
En época del desarrollo de la ciencia y la programación neurolingüística PNL, en la que es claro que las palabras tienen un poder definitivo y que estás se aprenden en casa, uno se pregunta en el eventual pos-conflicto en Colombia, si realmente la paz y la convivencia está cerca de ser conseguidas en nuestro país, o si lo que hay que hacer es replantear nuestro sistema  educativo e invertir mucho más en la familia como núcleo esencial de la sociedad, para generar un clima de convivencia y paz que nos libere de los impresionantes índices de homicidios. Según Medicina Legal, en el  2013 se presentaron 14.294 casos de homicidios (13.119 fueron hombres y 1.163 mujeres), la gran mayoría de ellos ocurrieron con arma de fuego, 6.219 muertes en accidentes de transporte, 2.643 accidentales, 1.810 suicidios y 1.657 muertes indeterminadas. En total, 26.623 muertes violentas, 1.873 menos que en 2012.
 
Las lesiones no fatales, la violencia interpersonal ocupó el primer lugar con 158.798 casos, seguido de la violencia intrafamiliar con 68.230, lesiones en accidentes de transporte 41.823 registros, exámenes médico legales por presunto delito sexual 20.739 y, en último lugar, las lesiones accidentales con 12.894. Cabe recordar que frente a estos datos siempre existe un subregistro que determina que solo el 30% es conocido por las autoridades.
 
Los datos corroboran que tenemos que hacer ingentes esfuerzos para promover una cultura de la no violencia, de la paz y de la convivencia en la que no sea posible pensar que es necesario eliminar al otro para cumplir nuestros objetivos, y en donde nuestros NNA no se le pase por la cabeza “el matar al otro” y la fórmula mágica es la educación, como dirían la Misión Ciencia, Educación y Desarrollo en 1996, con nuestro premio nobel Gabriel García Márquez, “Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social, y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y conciba una ética –y tal vez una estética– para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las artes a la canasta familiar, de acuerdo con los designios de un gran poeta de nuestro tiempo que pidió no seguir amándolas por separado como a dos hermanas enemigas. Que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía. Por el país próspero y justo que soñamos: al alcance de los niños”.
 
 
 
Orgullosamente docente Universidad Surcolombiana.