Después de dos años de meticulosa investigación la Fiscalía General de la Nación logró la primera expropiación de bienes que figuraban a nombre del ‘Mono Jojoy’, el abatido jefe militar de las Farc.
Julián Quintana, jefe de la Unidad Nacional Contra el Lavado de Activos y la Extinción del Derecho de Dominio reveló que entre los bienes figuran las casas que sirvieron para hospedar a los comandantes de las Farc durante la zona de distención y la ‘casa Marulanda’ del propio Manuel Marulanda Vélez (‘Tirofijo’). Igualmente figura la hacienda ‘Villa Nohora’, en San Vicente del Caguán (Caquetá ) de propiedad del Mono Jojoy.
La extinción de dominio fue realizada en 17 fincas con una extensión aproximada de 4.796 hectáreas y por un valor estimado de 20.000 millones de pesos, que figuraban a través de testaferros.
La operación Faro, se realizó durante cuatro días, a pocos kilómetros de la vereda Los Pozos, sede de los frustrados diálogos de paz.
En esta operación de extinción de dominio participaron más de 500 hombres de las Fuerzas Militares y una comisión judicial de la Fiscalía General de la Nación compuesta por 40 miembros de la Policía Judicial del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI).
Los predios fueron localizados gracias a las informaciones encontradas en los computadores de los jefes guerrilleros que han sido abatidos. De acuerdo con esa investigación se identificaron bienes en una extensión global de 132.000 hectáreas en Caquetá, Meta y Guaviare, principalmente.
Estos predios eran empleados por las Farc como corredores de movilidad y fuentes de financiación para sus actividades delictivas.
“Estas propiedades estuvieron bajo el control de Jorge Briceño, alias El Mono Jojoy, quien durante la época de distensión se habría apropiado de estos terrenos para posteriormente entregarlos, mediante la modalidad de testaferrato, a integrantes de las redes de apoyo a las Farc que tenían la misión de administrar los bienes”, informó Quintana.
El funcionario afirmó que estos bienes hacían parte de los terrenos que la guerrilla de las Farc se apropió a través de compras simuladas a precios irrisorios de los dueños originales, los cuales fueron forzados a vender.