La Nación
Perdonar a todos los que nos deben 1 16 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Perdonar a todos los que nos deben

René Jiménez Cobos

“Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” LUCAS 11:4.

El perdón es el secreto para alcanzar la paz verdadera, es una decisión,que permite que la persona sea libre del rencor y pueda avanzar aún después de haber sido lastimado.

Alguien dijo alguna vez: “El rencor es como tomarse un veneno esperando que otra persona se muera”. Este sentimiento hace que nuestra vida pierda el gozo, trae amargura y muchas veces hasta se manifiesta a través de enfermedades.

Todas las personas necesitamos entender que el rencor está basado en el orgullo y la necesidad de ver que se haga justicia sobre el agresor. Pero la Palabra dice que Dios se opone a los orgullosos y da gracia a los humildes. El orgullo bloquea la gracia de Dios e impide que tengamos un corazón humilde para dejar de lado la necesidad de ser compensados.

Cuando Jesús hablaba acerca del perdón siempre se enfocaba en hacer entender a sus discípulos que hay más valor en amar a un enemigo que a un amigo. Él cambió la idea de “ojo por ojo”, entregando una gran lección a la humanidad, mostrando el perdón en su máxima expresión a través de Su sacrificio en la cruz.

Cada una de Sus enseñanzas estaban basadas en el amor para restablecer relaciones, pero sobre todo para liberar el alma y sanar las emociones de todos aquellos que estaban como prisioneros del odio.

Debido a que deseamos que los demás perdonen nuestros errores, nosotros también debemos ser diligentes en perdonar los errores de otros. Perdonar le permite a una persona dejar de insistir en buscar compensación en algo que se consideró una falta u ofensa y lo lleva a recibir el perdón de parte de Dios.

Extender el perdón no significa que estemos aprobando la ofensa, o que sea permisible en nuestra vida los abusos de otros. Más bien, significa que hemos decidido ser libres y sanos a nivel emocional.

De esta forma reconocemos que de Dios procede toda justicia y que Él en su momento traerá la recompensa tanto como al que ofende, como al que recibe la ofensa.

Muchas veces el rencor nos hace orar pidiendo por justicia, pero en el fondo con deseos equivocados de venganza, y todo esto debido a las heridas; esa oración provoca estancamiento y nos aleja del deseo de depender plenamente del Señor.

Que esta semana podamos hacer una lista de aquellas personas que nos han ofendido y pedirle a Dios que nos ayude a desatar perdón sobre ellos, creyendo que eso traerá sanidad a nuestra alma y libertad a nuestro espíritu.