Humberto Silva Cuéllar
Quizás, en toda la historia moderna y contemporánea de la política Colombiana, no se ha hecho un ejercicio político más serio y valeroso como promover la consulta anticorrupción, para eliminar prebendas a los Congresista y altos funcionarios del Estado, cuyas mayores aristas están en la disminución de salarios y la limitación de periodos en el congreso, que debería congregarnos multitudinariamente a las urnas; todos nos quejamos de los políticos, que no trabajan, que son corruptos, que mienten y engañan al pueblo, que hacen proselitismo populista, pero a la hora de la verdad, nos dejamos desinformar y no apoyamos propuestas valerosas.
Esta consulta no es de Claudia López, ni de la izquierda ni de nadie, es del pueblo Colombiano; lograr que el Senado aprobara públicamente, es un gran logro, entre ellos el Centro Democrático, así fuera por fariseísmo ante el pueblo, demostrado después de un discurso distorsionado, sin sustento, ordinario, sin la más mínima consideración de elegancia que debe tener un dignatario de este nivel, y en la solemnidad del acto, que hizo quedar mal al Presidente Duque y al país, y después salen a burlarse del pueblo colombiano en un gran festejo, que deja una radiografía de la doble moral, para tener un pueblo aferrado a unas convicciones que a la postre son falsas.
Indudablemente un nuevo gobernante tiene un derecho legítimo de criticar las cosas malas, pero dentro de un lenguaje elegante, oportuno y sustentado, sin desconocer los logros del Gobierno que sale, entre ellos la buena imagen del País en el exterior, la eliminación de visas para ingresar a muchos Países y los logros de la Paz en cifras de disminución de muertos, de toma de pueblos y una convivencia más segura y más tranquila, especialmente en algunas regiones que otrora eran azotadas por la guerrilla, para citar solo un ejemplo, San Agustín y el incremento de visitantes al parque arqueológico.
El Presidente Duque, aunque lo criticó, fue más sutil y elegante, quizá lo que no han entendido los del Centro Democrático , es que hay que apoyarlo, no desprestigiarlo con esas actitudes, el deseo mío y creo que el de todo el país, es que le vaya bien, para que le vaya bien a Colombia y una de esas premisas son la relaciones Internacionales y la imagen de un país civilizado y culto, que nos genere mucha respetabilidad, además de progreso, a través de sectores como el turismo y la inversión.
El Presidente Duque, quien apoya la consulta anticorrupción, separándose de su mentor, radicó un proyecto de lucha anticorrupción, pero quizás en todos los trámites que ello con lleva, terminaría no siendo aprobado por el mismo Congreso. Por eso nos toca a todos los colombianos, sin distinción de color político, raza, credo, nivel educativo, condición sexual, aprovechar esta gran oportunidad, para derrotar a los fariseos y ponerlos en cintura, en situaciones tan importantes como rebajarles el sueldo y los periodos. Termino, parafraseando a o José Acevedo y Gómez “Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz…” lo que nos espera es más de lo mismo.