Esta semana avanzó en su tránsito legislativo, el proyecto de ley 125/23C, por medio del cual, se busca ampliar el régimen de transición del denominado “borrón y cuenta nueva” creado por la Ley Estatutaria 2157 de 2021. Como recordarán, por medio de esta ley se implementaron importantes reformas a la Ley 1266 de 2008, encaminadas a “meter en cintura” a las famosas centrales de riesgo, a favor de los consumidores financieros. Dentro de las medidas implementadas por la referenciada ley, se destacó el amplio y benévolo régimen de transición implementado, en relación con el pago de las obligaciones en mora y la caducidad de los reportes negativos en centrales de riesgo. Como todo régimen de transición, este tuvo una vigencia de solo 12 meses siguientes a la entrada en vigencia de la ley, es decir, ya no se encuentra en operación.
En esta semana fue noticia el avance que tuvo la iniciativa legislativa 125/23C en la Cámara de Representantes, con el cual se busca crear un nuevo régimen de transición. Este nuevo régimen le apunta a fomentar el pago de las deudas incumplidas, teniendo como recompensa, el retiro automático y efectivo de los reportes negativos en centrales de riesgo. Al igual que su predecesora, el proyecto apunta a establecer un periodo de 12 meses, para que los consumidores se pongan al día con sus obligaciones y de paso puedan “limpiar” su historial crediticio. Al respecto, estimo que es una buena iniciativa, sin embargo, considero que, en vez de ser una medida transitoria, esta debería operar de forma permanente. Dicho en otras palabras, ¿por qué los consumidores financieros tenemos que cargar a cuestas, con reportes negativos luego de habernos puesto al día en nuestras obligaciones? Recordemos que el supuesto objetivo del reporte es mostrar el estado real de mis obligaciones, no castigarme.
Sumado a lo anterior, dentro de la exposición de motivos del proyecto de ley en comento, se expone un valioso argumento que respalda la iniciativa de establecer de forma permanente el mecanismo de “borrón y cuenta nueva”. Citando el cuarto debate del proyecto que se convirtió en la actual Ley 2157 de 2021, se pone de presente que las entidades financieras cuentan con mas herramientas y datos diferentes a los reportes de las centrales, para el otorgamiento de productos. En este sentido, no resulta descabellado pensar en una reestructuración de la iniciativa, con la finalidad de implementar, de forma permanente, el mecanismo de “borrón y cuenta nueva”.