La Nación
COLUMNISTAS

Quisicosas urbanas 2. Por Clímaco Sánchez Calderon

La inseguridad sigue desbocada en Neiva. Día tras día se registran casos más aberrantes de asesinatos demenciales. No se puede calificar de otra manera el de la joven Dayana Castañeda, quién murió en el hospital a causa de las lesiones al tratar de impedir que le robaran la moto hace 15 días. Esa muerte duele mucho porque se trataba de una jovencita en la plenitud de la vida, llena de ilusiones y de proyectos, pero sobretodo porque probablemente se hubiera podido evitar. Un alto porcentaje de los crímenes contra la propiedad y principalmente contra la vida, que se cometen en Neiva, se ejecutan desde motocicletas sin placas, o con ellas levantadas, para evitar su identificación. Y viene la pregunta pertinente: ¿Será imposible controlar la circulación de motos sin placas? seguramente no, porque tránsito de Neiva carece de guardias suficientes para impedirlo. La principal función del gobierno es hacer cumplir las normas. Aquí no se hacen respetar para los conductores, tampoco para los peatones, ni mucho menos para los constructores; los carros y las motos se apoderaron de los andenes y de las calles para parquear. Lo hacen encima de la respectiva señal de prohibido. Necesariamente “el pinche peatón”, como diría Daniel Samper Pizano, debe jugarse la vida en la calle porque los conductores abusivos y malos ciudadanos, le quitaron el derecho a caminar por la ciudad. La falta de respeto por las normas en Neiva, es de campeonato internacional. En la avenida La Toma con carrera novena, al frente del estadero San Jorge para más señas, hay un caso aberrante: desde hace varios años se prohibió el cruce hacia el oriente. Pusieron avisos en el piso y también verticales. Colocaron un enorme pasacalles indicando una pequeña oreja para acceder a la novena en dirección occidente- oriente. Algunos conductores hacen la U en la novena, que esta prohibida, o simplemente cruzan a la izquierda hacia la décima, poniendo en peligro la vida del “pinche peatón” que inocentemente crea en las señales de tránsito indicadas. En todo el tiempo que lleva la prohibición, jamás óigase bien, jamás han puesto un guardia de tránsito o un policía para hacer respetar el cruce en esa esquina. Esto no es serio. Es la confirmación palpable de la falta total de autoridad. Por eso Neiva es cada vez más insegura, y siempre será la reina en Colombia del comportamiento salvaje de sus habitantes. La autoridad esta ahí para hacer cumplir la normas de convivencia que permiten vivir sanamente en comunidad. ¿Que la Secretaría de Tránsito no tiene plata para tener los guardias suficientes? si multaran a todos los transgresores sería, de lejos, la entidad más rica de la Alcaldía. Esa es una verdadera guaca. Y de paso lograrían una ciudad más amable con el “pinche peatón”.