La Nación
EDITORIAL

Se hizo justicia

La masacre de los cuatro hermanos Vanegas Grimaldo ocurrida el 4 de febrero pasado en Florencia (Caquetá) no quedó impune. La rápida acción de la Fiscalía y la Policía permitió en pocos días la captura de los responsables y el esclarecimiento total de la tragedia. No sólo cayeron los autores materiales. También los autores intelectuales y los cómplices. En tiempo récord los organismos de seguridad pudieron encontrar todas las evidencias y material probatorio que soportaron las imputaciones y permitieron legalizar las capturas de los sicarios Cristopher Chávez Cuéllar, de 42 años, ‘El Desalmado’ quien ultimó a sangre fría los menores en total estado de indefensión y Enderson Carrillo Ordóñez, ‘Chencho’, quien lo transportó en la moto. El primero con antecedentes penales por homicidio terminó confesando. El segundo se entregó y admitió su participación en el múltiple crimen. Uno a uno fueron cayendo los demás cómplices.  

Luz Mila Artunduaga, la autora intelectual, acaba de ser condenada. El Juzgado Segundo Penal de Florencia la sentenció a 50 años de prisión como responsable de los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo y tentativa de homicidio.

‘El Desalmado’ y su cómplice Enderson Carrillo Ordóñez, ‘fueron condenados a 40 años de prisión por el múltiple homicidio. Los dos confesaron y lograron un preacuerdo con la Fiscalía. Por eso la rebaja de penas.

También fue condenado Édison Vega García a 20 años de prisión. Según la investigación contrató a los dos sicarios y los condujo hasta la finca. Solo uno de los capturados fue absuelto.

Las condenas proferidas en un tiempo relativamente corto demuestran  la celeridad y la contundencia de las pruebas. Aunque no logran reparar todo el daño causado, por lo menos, demuestra que en este caso se hizo justicia.

Sin embargo, el caso no queda cerrado. Las víctimas tienen derecho a la reparación, tema que seguirá su curso. Pero también queda la responsabilidad de los otros actores públicos, que fueron incapaces para evitar la masacre. Ocho días antes de la matanza, parientes de la víctima denunciaron las amenazas y pidieron protección.  No obstante, los organismos judiciales minimizaron las denuncias y no le dieron trámite. Algunos servidores públicos, extrañamente, intentaron desviar las investigaciones y por lo menos otro empresario aportó el dinero. Quedan muchos cabos sueltos que no logran encajar para aclarar todas las circunstancias y responsables del múltiple crimen. Sin embargo, hay que destacar la acción de las autoridades. La oportuna reacción, el trabajo en equipo, permitieron capturar a los principales responsables. En este caso, hubo justicia. Por ahora los criminales están presos y por sus edades, difícilmente regresarán a la libertad.

 
“Por ahora los criminales están presos y por sus edades, difícilmente regresarán a la libertad”.
 
La elección de personeros sigue en tela de juicio. Pese a las instrucciones impartidas para escoger las mejores hojas de vida, en el caso del Huila, se sigue improvisando. Por las dudas, esta vez tampoco habrá transparencia. ¿Y el control preferente?