La Nación
COLUMNISTAS

Semana de reflexión. Por Rodrigo Villalba Mosquera

Comienza la semana santa que celebra el mundo católico, religión que en Colombia cubre el 80% de la población, donde se conmemora la vida, pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo, y debe servirnos al lado del descanso de la rutinaria actividad de los humanos, a una profunda reflexión, en donde la fe cristiana nos guíe y con  la figura de cristo redentor nos inspire con optimismo para  la rectificación encontrando la ruta hacia una sociedad justa, donde prime la tolerancia, el respeto hacia los demás y podamos  expresar nuestros afectos con sinceridad “porque el que tiene amor no hace mal al prójimo” dice Pablo.  Y  éste mismo apóstol en el libro a los Romanos exhorta a los gobernantes a que “actúen con decencia como en pleno día”  y es bueno precisar que el término decencia según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es sinónimo de honestidad, transparencia, rectitud, dignidad en los actos y en las palabras. Qué bueno recoger este llamado para la reflexión, porque hoy en la mayoría de los que adquieren instrumentos de poder éstos los ponen al servicio de intereses subalternos, en muchos casos a los suyos y ahí  no actúan con decencia. Esta semana espiritual y de recogimiento indique a quienes tienen responsabilidad política a actuar como “Dios manda”, con pulcritud en el manejo de lo público,  que es de todos, a que los tributos que pagan los ciudadanos de la patria, redunde en bienestar para los más afligidos sin distingos de color o religión  como lo ordena la Ley terrenal y la divina; que desaparezcan los carruseles de la contratación; que brille la luz del sol en los procesos de selección para gerentes de los hospitales como en la elección de los personeros; que los contratistas de las obras importantes de la región no se alcen con “el santo y la limosna”  dejando la frustración de la obra inconclusa; que esta Semana Santa toque los corazones de los alzados en armas para encontrar la reconciliación y la paz. Que la Reflexión lleve a la clase política a la conclusión de renunciar a la teoría maquiavélica de que “el fin justifica los medios” y podamos comulgar un nuevo evangelio político de principios y valores en donde el merecimiento y el buen nombre sea una constante en los nuevos liderazgos. Que esta Semana Mayor de verdad sirva de reflexión, de rectificación y compromiso, solo así se podría decir que la muerte y pasión de cristo no fue en vano.