Ante la crítica situación por la cual está pasando la educación en Colombia, hoy más que nunca todos los sectores de la ciudadanía debemos realizar los aportes respectivos para contribuir con una solución responsable e integral a esta problemática y no dejarle esa gran responsabilidad solamente al gobierno y a los profesores.
Que 59 mil escolares en Neiva, 140 mil en el Huila y aproximadamente 8 millones de jóvenes en todo el país no estén recibiendo clases durante más de una semana es un hecho preocupante, como también lo es, que el Gobierno no le haya puesto la atención debida al pliego de peticiones presentado por la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) a finales del pasado mes de febrero y que tiene requerimientos bastante justos como mejoras salariales, la atención en salud y reconsiderar la evaluación por competencias.
Sin embargo, tenemos que reflexionar sobre la calidad de la educación en el Huila. Durante los últimos 13 años, no hemos logrado posicionarnos entre los mejores 15 departamentos en materia de educación. Para el 2010 se ubicó el mayor porcentaje con un 25.4% de estudiantes en el nivel bajo de competencias, en el 2011 disminuyó a un 23.8%, hecho que repercute negativamente en el rendimiento académico de la educación. Así mismo, el desempeño en Inglés en los años 2013 y 2014 no han alcanzado el nivel de competencia mínimo, es decir que nuestros escolares están lejos de desenvolverse, entender y producir textos cortos en este idioma. Adicionalmente se redujo el número de establecimientos ubicados en las categorías Muy Superior y Superior.
Por lo tanto, uno de los principales ejes programáticos que estoy proponiendo es “Trabajemos con Esperanza por un Huila con Equidad Social”, en la cual se encuentra una educación con calidad y para todos sin discriminación.
La implementación de un sistema educativo articulado, la garantía de asegurarle a nuestros jóvenes una alimentación y transporte escolar de calidad y continuidad en la contratación por los cuatro años de gobierno, la construcción y mejoramiento de aulas y de la infraestructura física escolar, el fortalecimiento de una cultura de la investigación en todos los niveles, enfocar una educación en valores para la participación y sentido de pertenencia, prioridad para la formación técnica y tecnológica articulada con la educación media-superior, renovación tecnológica desde el uso de las TIC´s y la consolidación de modelos pedagógicos en emprendimiento e innovación,, es parte de los proyectos que se implementarán en el próximo periodo constitucional en nuestra región, porque la prioridad, hoy más que nunca, es articular todos estos programas con el Plan Nacional de Desarrollo,
Teniendo presente que la educación constituye un instrumento indispensable para dirigir nuestros pasos hacia los ideales de paz, libertad y equidad social, me uno al clamor ya generalizado de maestros y estudiantes con el propósito de hacer frente a los desafíos del porvenir regional; sabemos que ésta es una vía importante para conquistar un desarrollo humano más armonioso, hacer retroceder la pobreza, la exclusión social, las desigualdades y la violencia en el departamento. Trabajemos con esperanza para cristalizar un gran pacto por la educación, teniendo la seguridad que la transformación de nuestro pueblo debe comenzar y consolidarse en la educación, logrando como resultado la unión y pacificación de Colombia.