Por primera vez en 14 años, la comunidad internacional liderada por la Embajada Sueca, abrió una pequeña ventana para exaltar a los concejales asesinados en Rivera (Huila) y reconstruir un escenario de verdad, reparación y no repetición.
RICARDO AREIZA
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Aunque las heridas que dejó la masacre de los concejales de Rivera (Huila), no logran cicatrizar, 14 años después se siente por primera vez, una voz de esperanza.
A pesar de las secuelas que les dejó el brutal ataque perpetrado por las antiguas Farc, las víctimas sienten que este año, se dio un nuevo paso para avanzar hacia la reparación colectiva, la re dignificación y la preservación de la memoria histórica. Anoche se encendieron las antorchas de la esperanza y se sintieron bulliciosos los clamores de los deudos, olvidados en su tragedia.
La programación comenzó el 27 de febrero, día del trágico aniversario, con una misa en Rivera ofrecida por las esposas de los concejales asesinados, Edelmira Perdomo, Gloria Aguirre Leguízamo, Blanca Parra, Esmerita Narváez, Irene del Carmen Jiménez, Edilma Perdomo, María Luz Cedeño y Keli Johana Escobar.
Una esperanza
Este año, las víctimas tuvieron una voz de alivio. La Embajada de Suecia, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Comisión de la Verdad y el Centro Nacional de Memoria Histórica atendieron sus clamores y les ayudaron a levantar las banderas contra el olvido.
Por primera vez en 14 años, se dieron los primeros pasos para la re-dignificación de las víctimas, la exaltación de los líderes sacrificados y la reparación simbólica.
La comisión diplomática, encabezada por la Embajada sueca, facilitó la realización del documental ‘Nueve ausencias, memoria de un pueblo’ en homenaje a las víctimas y a los sobrevivientes.
El documental, es un logro contra la invisibilización, la negación y la estigmatización a la que han estado sometidas las familias de los dirigentes desaparecidos.
El documento fílmico trasciende el dolor y traspasa esa horrible pesadilla para reconstruir, en medio de la pesadumbre, una esperanza.
Sin duda, fue una cálida alegoría contra el abandono. Una pequeña ventana que se abre hacia el horizonte de la reparación simbólica, buscando la luz.
Reconocimiento
La Comisión de la Verdad, aportó otro excepcional documento para entender la gravedad de lo ocurrido y buscar escenarios de no repetición. Un libro recopilando el dolor y la tragedia, le dio el chispazo que buscaban en medio del olvido. Un gran aporte.
El director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Darío Acevedo, a pesar de su posición de negación del conflicto armado, con su presencia demostró que contrario a lo que supone, la guerra miserable ha dejado en Rivera y en otras regiones del país, una dolorosa estela de horror, que no logramos superar.
Los concejales cuyas memorias seguimos exaltando, habían sido declarados objetivo militar, en medio del ‘Plan Patriota’ diseñado para erradicar por la vía militar, la confrontación armada.
La tragedia
La violencia contra servidores públicos se había recrudecido ante la negativa de renunciar como lo reclamaba la guerrilla en ese histórico enfrentamiento contra el Estado.
En el 2002 fue asesinado el presidente del concejo Alfonso Puentes Trujillo. En el 2004 fueron asesinados en la misma población el concejal Federico Hermosa Losada y el alcalde Luis Humberto Trujillo.
Meses después el turno fue para el director de la Umata Adolfo Arturo Parra Trujillo.
El 29 de octubre de 2004 un comando de la misma organización armada irrumpió antes de las ocho de la mañana a la sede del concejo en el Centro Comercial Los Comuneros. Los nueve insurgentes luciendo chalecos del DAS, ingresaron por el parqueadero. Portaban 18 pistolas, la mitad con silenciadores, un fusil, una mini Uzi y varias granadas. Por una falla el ataque se frustró.
Después, se repitió en Puerto Rico (Caquetá) y ultimaron a cuatro concejales en plena sesión. En Campoalegre (Huila) en un hecho similar, murieron cuatro personas y siete más resultaron heridas.
El funcionario anunció por lo menos la primera piedra para construir la soñada Casa de la Memoria, en honor a todas las víctimas, lideraba por la empresaria Martha Aguirre, directora de la Fundación Sonrisa de Colores.
Las antorchas
El sábado 29 de febrero se realizaron otros actos de recordación. Ante amigos y familiares se realizó el descubrimiento de un cuadro, en homenaje a los concejales sacrificados. Una pintura excepcional, inspirada en una sesión de los concejales, días antes de los luctuosos actos.
La marcha de la recordación comenzó en la iglesia de la Sagrada Familia en el barrio Cincuentenario. El desfile recorrió las principales calles, se detuvo en el hostal, donde ocurrió la barbarie y terminó como ha sido una tradición, en el ‘Obelisco de la Recordación’ frente a la Iglesia del Perpetuo Socorro.
El evento es organizado por la Fundación Sonrisas de Colores, y la corporación Continuar.
Con el acompañamiento de la banda marcial del Ejército colombiano, los asistentes encendieron una antorcha por cada uno de los nueve concejales muertos.
Luego, en una pantalla gigante, presentaron por el documento audiovisual.
La programación culminará este domingo primero de marzo con una misa concelebrada a las 10:00 a.m. en la iglesia del Perpetuo Socorro. El obispo de Neiva, monseñor Tiberio Froilán Casas presidirá la ceremonia con los sacerdotes del Seminario de Rivera.
Desde ya, sus organizadores iniciaron la preparación del próximo aniversario, para inaugurar en esa fecha, la ‘Casa de la Verdad’, otro escenario para la reconciliación.