Francisco José García Lara
El pacto histórico parece estar echando para atrás, reculando como se dice coloquialmente, en su radical idea de acabar con las EPS, al menos eso se desprende de la intervención del delegado del candidato presidencial de dicho partido en el panel “el futuro de la salud en Colombia”, organizado por “Así vamos en salud”.
No es que hayan desistido del todo de la idea, simplemente han moderado la postura y hablan de un acuerdo nacional para definir el rumbo del sistema de salud, aceptando claramente que, además de la imperiosa necesidad de un consenso alrededor del tema, se requieren estudios y análisis para llevar a cabo cualquier modificación, la cual imperiosamente debe pasar por el congreso de la república.
Quizás algún conocedor del tema sanitario les hizo caer en cuenta que poner en cabeza del estado el riesgo en salud es un absurdo político, administrativo y financiero, o tal vez se dieron cuenta que trasladar el aseguramiento a las secretarías de salud territoriales traerá múltiples problemas en las funciones de dirección del sistema de salud y requerirá de una frondosa burocracia.
En fin, todo parece indicar que, al menos en salud, puede estar reinando la sensatez en la campaña del candidato que puntea las encuestas, quien finalmente razonó que sus altas probabilidades de ganar la presidencia lo obligan a lanzar propuestas realizables, de lo contrario, una vez posesionado sus electores le cobraran por el incumplimiento.
Lo grave del asunto es que en el imaginario colectivo de los sumisos seguidores del petrismo, cada día más parecidos en los comportamientos obsecuentes a sus contradictores del uribismo, la idea quedó fija, y de lograr el triunfo en las elecciones presidenciales, esperaran que les cumplan con su promesa de vivir en el país de las maravillas de Alicia, donde no habrá control del gasto en salud y todo lo que se requiera será aprobada sin revisión o auditoría.
Además de lo anterior, el mismo delegado del pacto histórico aseguró cosas que no son ciertas, por ejemplo, que el estado paga cuando se liquidan las EPS, desconociendo que una vez declarada la insuficiencia del dinero disponible para pagar las acreencias reconocidas, las pérdidas las asumen las IPS y proveedores, sin que el gobierno aporte un solo peso para cubrir el faltante.
No dejan de ser preocupantes las propuestas en salud de Petro, pues además de cambiar de opinión permanentemente, no tienen un norte definido. Ojalá alguien le haga caer en cuenta que como candidato habla en verso, pero en el ejercicio de la presidencia irremediablemente deberá expresarse en prosa.