Por: Francisco José García Lara
La Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud) intervino a Saludcoop EPS en mayo de 2011, cuando tenía un patrimonio superior a $500.000 millones.
Casi 4 años después, en noviembre de 2015, ordenó su liquidación dejando a la EPS con patrimonio negativo de $800.000 millones aproximadamente, es decir que bajo administración de la Supersalud se perdieron $1.3 billones del patrimonio de Saludcoop.
Para evitar eventuales traumatismos el gobierno expidió un decreto para facilitar el paso de los afiliados de Saludcoop a Cafesalud, esta última una EPS del mismo grupo de la primera. Era imprescindible modificar las normas pues antes del mencionado decreto los afiliados de una EPS en liquidación se distribuían entre las otras EPS, o sea que el gobierno acomodó la normativa para trasladar los afiliados de Saludcoop a Cafesalud.
Vino entonces la venta de Cafesalud, para lo cual utilizaron unas curiosas figuras jurídicas creando empresas mediante las cuales enajenaron los afiliados de la EPS, en otras palabras vendieron un intangible en poco más de 1.4 billones, que incluía tambien una institución prestadora de servicios de salud (IPS).
A continuación nació Medimás, hoy con un proceso de liquidación en ciernes por cuenta de sendos fallos del Tribunal Administrativo de Cundinamarca. Extrañamente desde su creación dicha EPS ha sido objeto de un estricto seguimiento por parte de la Supersalud, la procuraduría general y la contraloría nacional, estás últimas son las mismas que pasaron de agache frente a los absurdos manejos denunciados durante la intervención y liquidación de Saludcoop.
¿Quién es entonces el responsable de la debacle de Saludcoop?, sin duda el estado encabezado por la Supersalud que fue incapaz de administrar la intervención llevándola a la quiebra y que además permitió hechos de corrupción que tienen en la cárcel a varios exfuncionarios y colaboradores de la entidad. Todo esto, por supuesto, con la absoluta indiferencia de las entidades control.
Entre intervenciones, liquidaciones, traslados de pacientes, ventas de afiliados, se han perdido cerca de $8 billones de pesos que han quedado como deuda a los hospitales y clínicas que prestaban los servicios, así como a los proveedores.
Quien va a pagar esa deuda: ¿la Supersalud, el ministerio de salud, los organismos de control?, obviamente ninguno de ellos, los paganinis han sido los afiliados, los empleados, las IPS y los proveedores.
¡Y pensar que intervinieron Saludcoop supuestamente porque se habían desviado $1.4 billones!, fue peor el remedio que la enfermedad, todo por cuenta de un estado inepto e incoherente, que además tiene unas entidades de control que son más pantalla que resultados.
garcia.francisco@javeriana.edu.co