La Nación
Sin Cuernavirus… 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Sin Cuernavirus…

Píter Bonilla Díaz

“Le he marcado varias veces y no me contesta”, me dijo Eduardo Serrano Gutiérrez, luego de haber revisado las llamadas que me hacen. Es la única manera para enterarme, porque mi celular a veces no timbra. Se ha vuelto resabia´o. Tal vez “intuye” quién lo está haciendo por si de pronto no me agrada mucho…

¡Claro que no sucede con Eduardoño! Así le digo. Con quien tengo una amistad de viejísima data. Desde cuando vivíamos en el barrio San Pedro, aquí en Neiva en los años cincuenta, y condiscípulos en edad escolar. Me recuerda Serrano que nuestra relación surge cuando estando en clase, de pronto un compañero gritó ¡Abajo los hijueputas godos! Eran tiempos de refriega partidista. Eduardo de inmediato se abalanza sobre el insolente agresivo y le da tremendo  “trompadón”. Los dos fueron castigados subidos en un tronco que quedaba en el patio del recreo. Y revela que cuando doña Oliva Rojas, esposa del Director; era Juan de la Cruz Castro España, los dos conservadores de “racamandaca”, les preguntó por qué los tenían ahí, Serrano Gutiérrez le contó. De inmediato le levantó la sanción y el sectario patán quedó echando “la gota fría”, y en plena canícula. Yo también fui solidario con Eduardo, hasta convertirnos en “hermanos de sangre azul”.

Pero volvamos al motivo de su llamada. Me pide que regrese con mis escritos como lo hacía en Diario del Huila, donde me inicié como columnista a los pocos meses de haber sido fundado en Matamundo; donde hoy está la Hostería, y en el periodismo como corresponsal de El Siglo, al cual serví por una década. Escribía con tinte humorístico. Haciendo honor al título de “Caricaturas de Píter”. El humor no es fácil. Se corre el riesgo de caer en el ridículo. De hacer el oso.

A propósito. La sobrina  estrella de Serrano Gutiérrez no lo hace. Ahora separada puede activar en política tranquilamente. Sin ataduras. Aunque estando comprometida siempre ha sido simpática, trabajadora, carismática, inteligente. En fin, esperanza… de los huilenses.

Pero lo mejor es no “mamarlegallo” a las mujeres. Son muy susceptibles, como las entusiastas “onas” habidas de parejos, a quienes me referí por una carta que me llegó hace más de cincuenta años y que tenían el sello social de “Batallón Levante”. Fue cuando me mandaron pa´los “cachos de la luna”. Y gracias a semejante “vitrina”, porque nadie me conocía, estoy aquí vivito y… sin Cuernavirus.