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Adiós a un amigo educador

El pasado viernes en horas de la tarde, mientras la ciudad de Neiva bullía al son de sanjuaneros, y rajaleñas, se apagó la última llamita de vida del profesor Miguel Ángel Tovar, quien soportó y luchó con valentía durante un año largo contra un terrible cáncer de páncreas que terminó llevándolo a la tumba y privando al Huila de uno de sus mejores y más insignes educadores. Como maestro de verdad, promovió y fundó colegios y universidades, escribió libros e infinidad de artículos, creó programas universitarios, desarrolló proyectos comunitarios como las Escuelas para la Democracia en barrios y veredas y sembró miles de semillas de libertad y progreso en el corazón de la juventud huilense.

En su legado de vida dejó el ejemplo de un maestro integral que entendió muy bien el inmenso poder de la educación en la transformación de la sociedad para bien de las futuras generaciones. Miguel no fue un instructor ni un capacitador que limitara su función a transmitir ciertos conocimientos, habilidades y destrezas en sus alumnos. Es más, no pretendía transmitir conocimientos sino construirlos con sus estudiantes, y al construirlos, tener un gran cuido en los efectos prácticos de su aplicación. Porque un conocimiento, una destreza o una habilidad sin conciencia ética sobre sus resultados prácticos, puede convertirse en una desgracia humana.

Su visión fue hacer de Colombia una sociedad más libre, más tolerante, más justa y más equitativa. Sus 50 años como educador siempre tuvieron este horizonte. Puede que en esta materia, los avances no sean tan notorios como podemos palparlo cuando observamos, las enormes desigualdades, la violencia, la pobreza y miseria que aún imperan en el país. Pero es innegable que hoy tenemos una sociedad más incluyente y más democrática que aquella que le toco vivir a Miguel Ángel en los años sesenta del siglo pasado cuando inició su carrera de profesor. Hay que recordar que en ese tiempo sólo dos partidos, el conservador y el liberal podían disputarse el poder político. Que los mandatarios territoriales (alcaldes y gobernadores) eran impuestos desde arriba y nos existía el voto programático para su elección, como tampoco la revocatoria del mandato. Tampoco existía la tutela ni el conjunto de derechos y libertades que consagró la constitución de 1991. Puede que el mundo avance más lento de lo que quisiéramos, pero es indudable que las rueda de la historia se parece más a una espiral que a un círculo. Hay retornos a situaciones similares que en el pasado pero no se regresa al mismo punto, sino que siempre estamos en un punto más alto. Eso lo entendió Miguel y su papel fue dar un aporte en el campo educativo a la formación de una sociedad mejor que con el paso de los años, podremos valorar en su verdadero significado.