CARLOS ANDRÉS PÉREZ TRUJILLO/LN
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Luego de que LA NACIÓN publicara dos informes sobre el estado de los mega colegios de Aipe, el mandatario local, José Sevel Castro; y el exalcalde Luis Felipe Conde Lasso, se refirieron al tema.
Mientras Conde Lasso responsabilizó al orden público o la ola invernal como impedimentos para terminar las obras; José Sevel, dijo que ha tenido voluntad pero siempre encuentra trabas administrativas; ahora espera aprobación de la Ocad para iniciar obras.
Las instalaciones de la escuela de la vereda Santa Helena, en Aipe, han costado $595 millones de pesos. Están abandonadas y tienen como agravante que se habrían construido en predios del Tolima, pues el donante del terreno (Faustino Cortes) tiene su propiedad en Ataco, Tolima.
A esto Castro Tovar inicialmente contestó que “no se tiene documentación precisa respecto con la propiedad del predio”, sin embargo, luego afirmó que de acuerdo con informe del IGAC, Instituto Geográfico Agustín Codazzi, se podía evidenciar que el colegio Santa Helena tenía código 41 que identifica al Huila, y 016, que indica que pertenece a Aipe.
Pese a esto, los familiares de Faustino afirmaron que este lote donado no se encuentra legalizado.
En lo que tiene que ver con el colegio de Santa Rita, ubicado a unos cuatro kilómetros más arriba de Santa Helena, lleva el mismo tiempo abandonado. Por esta razón la administración paga arriendo en 18 locales (incluyendo una casa) lo que le cuesta $72 millones al año, es decir, cerca de $500 millones durante estos últimos años. La construcción del mega colegio abandonado costó $1727 millones.
“Las seis obras cuestan $4000 millones”
El alcalde José Sevel Castro Tovar, en diálogo con LA NACIÓN dijo que las demoras en la terminación de las obras obedecen a trabas administrativas.
Afirmó que la terminación de estas seis obras cuesta alrededor de $4000 millones. De la escuela de Santa Helena dijo que se estima cerca de $40 millones su terminación. Además dijo que las construcciones tienen que someterse a refuerzos pues muchas no cuentan con la normativa de sismo resistencia.
¿Qué pasó con la institución de Santa Helena, se demolió la escuela que había, que funcionaba, se hizo otra y se dejó abandonada?
Esta obra se dejó abandonada un tiempo y cuando se envió documentación al ministerio de Educación dijeron que había que revisar las normas sismo resistencia. Como esta obra ha estado a la intemperie hay que hacerle unos análisis.
En mi administración hicimos un análisis de vulnerabilidad sísmica, sismo resistencia y patología, eso nos requirió un tiempo. Todos los estudios están hechos pero cada que vamos a Bogotá allá le encuentran una minucia al tema.
¿Cuánto falta por invertir para terminar esta obra?
Las seis obras cuestan $4000 millones. Pero ¿Qué ha pasado? No se dio la licitación en el Gobierno de Iriarte porque los presupuestos eran muy bajos. Es que llevar un viaje de arena allá vale más de un millón de pesos.
¿Cuánto plata falta para terminar el colegio de Santa Helena?
No sabría decirle, pero unos $40 millones. En lo que más asciende es el de Santa Rita que solo tiene la estructura, no más.
Todos los estudios se hicieron, solo falta que en la Ocad nos den cita para trabajar con ellos en enero de 2018.
¿Por qué si ya casi está terminado el colegio de Santa Helena los estudiantes no pueden hacer uso de él, al menos en medio tiempo?
Si la obra no está terminada no hay seguridad para un estudiante. En su momento hubo una circular que indicaba que debían revisar las normas sismo resistencia para ocupar determinados edificios en todo el país, por eso se demolieron instalaciones viajas.
¿Pero se supone que en los estudios previos se deben prever los riesgos, que de hecho están establecidos en este contrato?
Para el caso de Santa Helena es una obra que no cumplía con las normas sismo resistencia por eso se demolió.
Los trabajos se iniciaron a principios de 2011, ¿pero en ese momento la obra acaso no tenía las normas sismo resistencia si eso hace solo cinco años?
Cuando una obra dura a la intemperie mucho tiempo toca hacer un análisis porque el concreto puede contaminarse, dañarse el hierro.
¿Cuándo se define el análisis de esas normas?
Ya están, este año me gasté en eso. Hay que hacer unos refuerzos, pero ahora qué sigue: estamos a espera que nos evalúen el proyecto, ya está con presupuesto 2018, vale $4001 millones donde nosotros colocamos una parte y la Gobernación otra; ellos ponen la obra y nosotros la interventoría.
Es decir, falta solo que se ejecute la obra…
Sí esperamos que el otro año la Ocad revise el proyecto para comenzar el proceso licitatorio.
Otro tema es la propiedad del predio donde se construyó el colegio de Santa Helena, en una comunicación usted decía que “no se tiene la documentación precisa respecto de la propiedad del predio”. Yo quiero saber qué certezas tienen…
En la carta catastral el predio está en el Huila con código 41. Eso en cuanto a Santa Helena.
La comunidad tiene dudas sobre la terminación de la obra, cada año les prometen lo mismo pero no se termina la obra…
Yo desde que comencé la intención ha sido terminar el colegio.
“Hubo negligencia de esas otras administraciones”
Luis Felipe Conde Lasso, fue alcalde de Aipe en el periodo 2008-2011, ya terminando su gobierno se celebró el contrato No.232 (2010). Seis obras se pretendían ejecutar pero quedaron a medias.
Uno de los mayores escándalos fue el del colegio de Santa Rita, al que se le invirtieron más de $1700 millones pero solo se hicieron sus columnas y quedó abandonado desde hace siete años. Conde Lasso, se refirió a este megaproyecto que fracasó en su administración.
Dijo que la Fundación para el Buen Gobierno no le ha dado la cara, que no la conocía, y que en ninguna de las diligencias judiciales o administrativas ha respondido por el abandono de la obra.
¿Qué fue lo que paso en su administración con este contratista?
Una de nuestras preocupaciones era que se pudiera mejorar la infraestructura educativa en el municipio de Aipe, por eso hubo una contratación grande. Todo se hizo en el marco de la ley.
Eso tuvo inconvenientes. Hubo problemas de orden público que influyeron en la construcción; de otro lado, hubo problema de vías. Todo esto generó suspensión de la obra por esos inconvenientes.
Cuando salí de la administración vino otra que decretó la caducidad del contrato. Las platas que había, para terminar la obra, fueron contra acreditadas. Debo decir que hubo negligencia de esas otras administraciones. La administración de ahora ha tenido unos inconvenientes para poder terminar con la construcción y eso ha generado traumatismo que no ha permitido llevar a cabo la contratación para terminar la obra.
Lo que pasó con la plata que no se invirtió…
Siempre se ha hablado de corrupción pero acá una parte se invirtió y la otra, una vez se siguió el proceso fiscal por parte de la Contraloría, la Previsora pagó la plata que habían dejado de invertir.
¿Cuánto fue lo que la Previsora devolvió?
La Previsora pagó $1300 millones. Entonces ya depende de la Ocad y del departamento que agilicen ese trámite de la contratación para terminar la obra, y así Santa Rita y Santa Helena puedan tener su colegio.
¿Usted conocía al contratista?
Yo no conocía al contratista, y no tuve la oportunidad de dialogar, siempre era el secretario y el interventor que rendían los correspondientes informes.
¿Por qué eligieron este contratista que ya tenía antecedentes no muy sanos fuera del departamento?
Nosotros desconocíamos totalmente los antecedentes de esta fundación, desconocíamos que se habían hecho este tipo de contrataciones también, posteriormente es que hemos sabido.
¿El contratista nunca le dio la cara?
Nunca. Ni tampoco en los proceso que hubo en la Contraloría.
El Olimpo, otro ‘elefante blanco’
El profesor Juan Pablo Carrillo, hasta hace algunos meses trabajó en la escuela El Olimpo, perteneciente a la I.E La Ceja Mesitas de Aipe, ubicada muy cerca del colegio de Santa Rita. En los seis años de labores allí fue testigo del abandono de un ‘elefante blanco’, como él lo llama.
Se trata de las estructuras de lo que debió ser un restaurante escolar o biblioteca. Pero solo hay unas columnas y un gran salón a la intemperie, sin techo, con maleza por todos lados y sin ninguna utilidad.
Es un despilfarro de dinero evidente, sin embargo, “en planeación municipal aparece como si estuviera terminada la escuela”, afirmó Carrillo Camargo, quien en su momento afirmó que los habitantes de la vereda que están enterados de la demanda le han comentado eso.
Las clases se dan a menos de 10 estudiantes en un salón que solo es utilizado en una pequeña parte, pues la otra, el piso está dañado; el cemento que le echaron al piso se quemó por lo que no se puede ni barrer porque se levanta demasiado polvo. “Tengo muchachos con mucha gripe y tos”, dijo hace unos meses Carrillo, cuando lo entrevistamos.
En el salón contiguo al de clases está otro lleno de material. “Allí se encuentran las estructuras metálicas para ubicar el techo de la biblioteca, están todas las tabletas para el piso, tanques, cemento dañado, puertas, ventanas, y otras cosas…”, aseguró el docente, quien recalcó: “da tristeza ver que aunque están los materiales para acabarlo, no han querido concluirla. En este momento hay una demanda para terminar esta edificación que cada día está más deteriorada”.