En el Huila, una de cada cinco personas mayores de 60 años de edad sufre de enfermedad renal, una dolencia que, sorprendentemente, podría prevenirse, pero que resulta tan grave que, una vez detectada, se le considera catastrófica ante los muy altos costos que representa por la pérdida de la calidad de vida del paciente y para el sistema de salud.
“Se trata de una las tasas más altas del país. Neiva es la quinta ciudad en Colombia con mayor incidencia”, dijo a LA NACIÓN el médico internista nefrólogo Orlando Montero García, al referir hoy la conmemoración del Día Mundial del Riñón, que este año tiene como lema la frase “Los riñones envejecen, como usted”.
Las cifras, que corresponden al 2012, indican que ese año había un registro de aproximadamente 46.000 personas afectadas en los diferentes estadios de la enfermedad renal, precisó Montero García.
“Y habrá muchos futuros pacientes de la enfermedad, pues se trata de una dolencia que progresa en silencio, y solo es detectada cuando se encuentra en un estado avanzado, implicando la posibilidad de la pérdida de uno o ambos riñones, y urgen procedimientos como la diálisis -en la región hay 850 pacientes en esta terapia-, y el trasplante”, agregó el especialista.
Montero subrayó que “las principales causas siguen siendo la diabetes mellitus -en el 40% de los casos-, la hipertensión arterial en el 20%, seguido de la uropatía obstructiva generada por cálculos renales y enfermedad prostática, la enfermedad glomerular (el daño del sistema de filtrado de los riñones), el sobrepeso y la obesidad, las infecciones urinarias, el consumo indiscriminado de medicamentos tóxicos al riñón, no formulados por el médico, como los analgésicos tipo acetaminofén en dosis altas, ibuprofeno, diclofenaco, y las malformaciones congénitas”.
Comentó que las principales causas incluyen el bajo consumo de líquidos, que favorece el funcionamiento del sistema renal, pero existen otros factores de riesgo, que asociados terminan por generar incluso la muerte del paciente.
“Se deben tener en cuenta la diabetes e hipertensión arterial no controlada, la obesidad, los niveles de colesterol, triglicéridos y ácido úrico altos en sangre, antecedentes de familiares con enfermedad renal crónica, consumo de medicamentos no prescritos, el tabaquismo y la dieta inadecuada o no balanceada rica en harinas, azúcares y grasas, y entre nosotros los opitas la baja ingesta de líquidos por las altas temperaturas ambientales siendo un calor seco”, añadió el especialista.