La Nación
EDITORIAL

Aleve crimen

La criminalidad sigue cobrando víctimas en el Huila.

Esta vez fue el empresario José Lizardo Ramón Gómez, actual miembro del consejo directivo de Comfamiliar del Huila. El conocido comerciante, de 65 años,  fue asesinado por pistoleros desconocidos en la vereda Campoamor, en Garzón, su tierra natal,  donde llegó engañado para negociar supuestamente un terreno.

Los sicarios en moto le dispararon causándole la muerte. Al parecer, los delincuentes intentaron secuestrarlo pero Ramón Gómez reaccionó y murió intentando defenderse.

El crimen del dirigente gremial, ex directivo de la Cámara de Comercio, ha causado conmoción en el centro del Huila donde desarrollaba su actividad mercantil. El liderazgo empresarial le había merecido el reconocimiento de su comunidad. Ese aspecto lo convirtió en intérprete de las angustias y necesidades de su comunidad, especialmente de los comerciantes, quienes depositaron en él toda su confianza. Por eso nos duele su inesperada partida.

Las autoridades adelantan las investigaciones preliminares para determinar con precisión los móviles y autores del crimen. Los organismos de seguridad construyen las posibles hipótesis sobre las circunstancias que rodearon este hecho. Al parecer se trata de delincuentes comunes, como ocurrió la semana pasada en la vereda Villa Losada en La Plata, donde una familia fue masacrada por robarle el dinero destinado a la compra de café.

La violencia urbana, sigue causando víctimas. Los homicidios se repiten diariamente en distintos municipios, como se registra en las zonas cafeteras.

La criminalidad se agrava también con los asaltos, los raponazos, las guerras entre pandillas en algunas ciudades  como Neiva.

Y se suma, por supuesto, a la existencia de bandas organizadas dedicadas al robo callejero y al hurto a residencias.

El abigeato ha tomado fuerzas en las últimas semanas en varias regiones del Huila y Tolima, como lo reportó el vicefiscal General durante una evaluación de las acciones encaminadas a enfrentar la criminalidad.

 El boleteo, el fleteo, la microextorsión, el secuestro ‘expres’, el robo de celulares,  siguen en el orden del día.

Los esfuerzos de las autoridades son insuficientes para contener esta alarmante criminalidad.  Pese a los golpes propinados por los organismos de seguridad la delincuencia sigue disparada. Las inversiones en seguridad no dan abasto sino van acompañadas de otras acciones para enfrentar la criminalidad.

El gobierno seccional y los alcaldes deben examinar de nuevo este panorama de violencia. Los consejos de seguridad deben cambiar la tradicional dinámica, como ejes articulares de políticas y medidas de prevención. Actualmente operan sólo después de ocurridos los hechos de alto impacto.

El crimen de Ramón Gómez no debe quedar impune. Las autoridades deben agotar todos los esfuerzos para capturar y sancionar a los responsables.
 

“Al parecer, los delincuentes intentaron secuestrarlo pero Ramón Gómez reaccionó y murió intentando defenderse”.

 
EDITORIALITO

El Huila se sumará hoy a la jornada nacional de protesta organizada por las centrales obreras. En varios municipios se anuncian marchas y protestas. En la zona petrolera habrá una concentración central. La protesta social es un derecho, siempre que no alteren el orden público.