La Nación
COLUMNISTAS

ARRANCA LA CAMPAÑA

En octubre se celebran las elecciones regionales donde para alcaldes hace un buen tiempo sus campañas están en marcha. Para gobernación apenas las cartas se están poniendo sobre la mesa, donde hay como en botica para todos los gustos y como se prevé tendrán avales partidistas. El conservatismo resolverá entre Chávarro y Esperanza, y si el mecanismo es la encuesta el primero será el candidato oficial. En la U suenan tres, los diputados Rivera y Muñoz de la cuerda de la representante Ana María, a quien Gechem tiene que acatar porque es la de la credencial y puede tener el sartén por el mango con capacidad de veto, y tal vez por esto Héctor Javier arranca tarde y temeroso, quien ganará el sondeo de opinión por tener mayor reconocimiento. Al centro democrático le quedan dos precandidatos, Otoniel y Ciceri ambos de extracción conservadora y de tiempo atrás se dice que el escogido sería el segundo. En el liberalismo aparece el ex gobernador Julio Enrique, haciendo un ejercicio interesante y con buen registro.
Sobre los González Villa hoy los medios afirman que resolvieron por Carlos Julio, creo que lo tenían resuelto hace rato, lo de si iba cielo un día, otro que no, otro que quien sabe, que dependía del presidente, de Vargas lleras o de su familia, era más una estrategia mediática generando una expectativa que efectivamente crearon; y como ellos saben que la taquillera es Cielo, ella expreso con franqueza en su oportunidad que aparecería en el tarjetón un González villa, preparando el terreno a su hermano. Pero no es lo mismo una rama que la otra, así sea del mismo tronco.

En la campaña para la gobernación no hay sorpresas ni palos, son  conocidos con recorrido partidista y conocedores en su gran mayoría de estas lides de la política. Al final no serán más de tres los candidatos y por supuesto afloraran las alianzas.

 Ahora, lo que corresponde es a los organismos de control ejercer vigilancia y una mayor veeduría  ciudadanía para que no se repita el expediente en donde circulen ríos de dinero en las campañas, donde hacen su “agosto” más de un dirigente de todos los niveles y pelambres.