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Candido Leguízamo

El primero de septiembre de 1932, cuando el territorio colombiano fue vulnerado por los peruanos al tomarse el puerto de Leticia sobre el Río Amazonas, el Batallón Bárbula No. 19, de Neiva, fue el primero en dirigirse hacia la frontera. Al frente de batalla comparecieron, entre otros, los notables oficiales huilenses Carlos A. Manrique Lara y Alfredo López Ramos, llamado coloquialmente como “El Percherón”, dada su corpulencia. Entre los suboficiales, también marcharon Angel María Guevara, Marco Tulio Rojas, Rafael Olaya Charry, Lorenzo Carrera Trujillo, Isaías Polanía González, Rafael Baquero, Francisco Ramírez Ortiz, Gregorio Paredes, Adán Quintero, Jesús Antonio Solano, Pedro María y Teodoro Collazos, Bercelio Pastrana, Alberto Céspedes Ospina y otros más.

De los soldados, aparte de los héroes Cándido Leguízamo y Sósimo Suárez, sin poderlos incluír a todos, a manera de ejemplo, citamos los nombres de Guillermo Cabrera Dussán, César Alarcón, Pedro Dussán, Francisco Alarcón, Pompilio Perdomo, Alfonso Solano Solano, Luis A. Perdomo, Anastasio Carvajal, Gilberto Tovar, Enrique Rojas Cometta, Juan de Dios Polanco Monje, Guadalupe Quintero, Olegario Ninco Polanía, Rómulo Tejada, Gabriel Molina Herrera, Jesús María Fajardo, Arcadio Cárdenas, Carlos Julio Paredes, Julio Durán, Josué Dussán Ibata, Rafael Tovar Cleves, Justino Roa Tovar y un nutrido número de valientes coterráneos.

El contingente de huilenses participó en los combates de Tarapacá, Guepí Nazareno, La Rebeca y Yabuyanos, importantes sitios peruanos. La acción de mayor importancia la constituyó precisamente la de Guepí.

El 29 de enero de 1933, En el sitio de Pubenza, se presentó una refriega entre varios miembros de las dos fuerzas contendientes, en la cual el soldado Cándido Leguízamo, al atravesar el Río Putumayo con dos compañeros más, en intrépida acción, resultó con su cadera despedazada y el hombro roto por las balas peruanas. Luego de innumerables contratiempos, varios días después, al agravarse su estado de salud, fue conducido a la ciudad de Bogotá, donde murió el jueves 12 de febrero de 1933, pocas horas después de haber sido intervenido quirúrgicamente.

El sacrificio de Cándido Leguízamo levantó los pechos de los nuestros, inflamados de patriotismo, para luchar con denuedo en la batalla de Guepí, el 26 de marzo de 1.933, hasta obtener la victoria sobre los peruanos, que tanto influyó en la posterior solución del conflicto. Queremos en los albores del siglo XXI, recordar la gesta cumplida por estos colombianos y, especialmente, por los huilenses que en ella participaron, como un justo reconocimiento a su intrepidez, abnegación y patriotismo.