La Nación
COLUMNISTAS

Cese al fuego

La atención del país está hoy puesta en el reciente anuncio del presidente Juan Manuel Santos de buscar pronto un cese del fuego y de hostilidades bilateral con las Farc, lo que ha hecho suponer con optimismo a algunos sectores en que se entró en la recta final del proceso de paz con esa guerrilla en La Habana.

Es un buen preludio para pensar con acabar un conflicto armado de décadas que le ha costado la vida a miles de colombianos y huilenses, y alcanzar la tan anhelada paz que todos hemos ilusionado.

Por eso, he dicho con claridad que siempre he añorado la pacificación y la armonía entre todos los ciudadanos. Pero con igual claridad he afirmado que respaldo la posibilidad de un cese bilateral del fuego, siempre y cuando se dé una vez se firmen los acuerdos definitivos en La Habana.Es un sueño de todos acabar, que no haya más guerra, pero queremos que sea fruto de una negociación justa, de la firma de unos acuerdos definitivos, de cara al país y el mundo. Sólo de esa manera el cese al fuego será en realidad producto de un pacto de paz real, duradera, segura y verificable.

Rodeamos al Presidente de la República en estos esfuerzos, pero también lo hacemos con vehemencia con las Fuerzas Armadas en el cumplimiento del deber constitucional de perseguir a los grupos al margen de la ley, a la criminalidad, a la delincuencia; y a las organizaciones que amenazan, causan terror, extorsionan y atacan sin discriminación a la población en campos y ciudades. A todos ellos hay que combatirlos sin descanso y sin importar cuales sean sus propósitos.

Y es que en el caso de la insurgencia armada no basta cumplir el anuncio de tregua unilateral. Es un paso positivo que en las últimas semanas dejen de cometer atentados terroristas, de maltratar al pueblo colombiano, de intimidar a la comunidad, pero no puede ser una actitud pasajera e interesada. Queremos y reclamamos que así sea por siempre y para siempre: que renuncien a la violencia y a las armas.

Solamente con hechos palpables y verificables el proceso de paz e iniciativas como un cese al fuego encontrarán el suficiente respaldo de la gente, que entenderá y comprenderá que realmente se avanza con firmeza, seguridad y transparencia en procura de ponerle punto final a más de 50 años de confrontación armada, para así construir la esperanza y el progreso que tanto promovemos.