La Nación
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¿Cómo acabar con la pobreza?

Si Colombia es un país dotado por el Creador con tanta riqueza, entonces, ¿por qué hay tantos cordones de miseria a lo largo y ancho de la república? Todos los gobiernos exponen en sus programas acabar con la pobreza, ¿cuáles son los resultados? Mucho ruido y pocas mieses. Los gobiernos populistas, exportan igualdad y distribución de la riqueza; sin embargo lo que se constata es acaparamiento y corrupción. Veamos algunos antídotos contra la pobreza social:
1. Pasar de una política de dependencia a una política de promoción; es decir, que cada ciudadano sea sujeto de su propio desarrollo. Hay que cambiar el “disco duro”: la pobreza es mental. Falta autoestima, nos venimos acostumbrando a la ley del menor esfuerzo, a ganar dinero fácil y en forma rápida. Formar para el trabajo, no para el empleo. Pasar del dar pescado a enseñar a pescar.
2. Pasar de una permanente reforma tributaria a la optimización del gasto público en continuo combate contra la corrupción. Los colombianos pagamos muchos impuestos; el problema es la corrupción imparable en el manejo del erario. Por ello seguimos con obras inconclusas, hospitales sin equipos, escuelas sin logística; en general, el desgreño en el manejo de la cosa pública. 3. Pasar de un voto estomacal, a un voto racional y crítico para elegir a los más capaces y más honestos.
4. Pasar de una retórica de la paz a una cultura de la justicia, en donde respetando los derechos, cumplamos con los deberes. Sólo habrá paz, cuando haya justicia social.
5. Pasar de una “trillada” reforma de la Justicia, a un cambio de los corazones. “Sólo los limpios de corazón heredarán el Reino de Dios”. Mientras haya que ponerle a cada ciudadano un policía y a los funcionarios públicos las “ÍAS”, toda legislación es inoperante. Sólo formando la conciencia del hombre, tendremos espacios de justicia. Que nada quede impune y se estimule al buen ciudadano.
6. Pasar de una cultura de la pereza, del “pan y circo”, a una cultura del trabajo. Que nos ganemos el pan con el sudor de la frente, no con el sudor del de enfrente.
Pareciera que fuese rentable mantener la pobreza, para cautivar el voto con el discurso populista y demagógico. Las huelgas disminuirán e incluso se podrían acabar, si existe un sólido y objetivo Código de Trabajo, en donde haya juego limpio en el que empleados y empleadores, propugnen conjuntamente por el bien de la empresa. Entonces cada uno jugará un papel muy importante en función del bien común. Hay personas que van para el cielo y van llorando, no se satisfacen con nada. Para ellos sólo los demás son culpables. Hay personas que empiezan el día sin programa, viven envidiando a los otros y no mueven un dedo para promocionarse. En todo ven problema, la solución que la den otros. Hay personas que sólo tienen creatividad para el mal, “inteligentemente” creativos. ¡Qué tristeza! En un país tan rico, ¡cuánta pobreza constatamos! Mientras los parques, las tabernas, los bares estén llenos de vagos, sigamos sufriendo la pobreza. Son vagos que viven lamentándose de su pobreza. Viven tomando “tinto” todo el día y hablando del prójimo. Viven programándole la vida a los demás y no se programan la suya. Todo lo critican y no aportan nada. Con gente así, Colombia seguirá pobre toda la vida.

*Obispo de Neiva