La condena surge de la aceptación que hizo Cano Perdomo de la culpabilidad de los hechos que le endilgaron, mediante preacuerdo con la Fiscalía.
La audiencia de lectura de fallo se realizó ayer en horas de la tarde, luego de haber sido suspendida en tres ocasiones, por el Juzgado Tercero Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Neiva, sin la presencia del condenado, quien hasta entonces se encontraba enfrentando este pleito bajo detención preventiva domiciliaria.
Cano Perdomo, natural de Baraya y quien se desempeñaba como conductor de vehículo de servicio público, manifestó en una audiencia anterior haber llegado a la suscripción de un preacuerdo con la Fiscalía, en el cual reconocía su responsabilidad como autor del delito, lo que lo hizo merecedor a la sentencia anticipada y a renunciar a la posibilidad de un juicio oral, pero no le fue reconocido el beneficio de una rebaja de pena ni a casa por cárcel, por tratarse de un delito sexual y con afectación a una menor de edad.
El juez decretó la suspensión de la medida de seguridad domiciliaria de la que goza el procesado, y libró orden de captura en su contra para que cumpla la condena.
Sin embargo, se conoció ayer en la audiencia que Cano Perdomo se fugó del domicilio en donde cumplía su detención domiciliaria, en el barrio Bosques de San Luis de Neiva y que se encuentra escondiéndose de la justicia. El juzgado ordenó compulsar copias por el delito de fuga de presos en su contra.
Los hechos
Los hechos ocurrieron el 12 de mayo de 2012, cuando la menor tenía entonces 14 años de edad y presentaba déficit cognitivo, retardo mental, coeficiente intelectual de 46 y una discapacidad cognitiva permanente, por lo que era cuidada siempre por la familia.
Cano Perdomo, a quien la adolescente ya distinguía por ser del gremio de transportadores en el que desenvolvía uno de sus familiares, la abordó sola y se la llevó con engaños a un motel de esta ciudad y la accedió carnalmente, dejándola embarazada a su corta edad.
Cano Perdomo la amenazó con matarla si decía algo, por lo que sus familiares no se enteraron sino cuando le iniciaron los síntomas de embarazo. Así fue como nació una bebé igual o peor de enferma que su madre, pues hoy en día la niña no habla, no camina y no controla esfínteres.
El abusador siempre ha negado ser el padre de la niña, no obstante una prueba de ADN realizada por Medicina Legal, indica que existe un 99,99% de probabilidad de que Víctor Julio Cano Perdomo sea el padre de la niña que tuvo la menor enferma producto de la violación, prueba que fue incluida en el proceso.
Desde el momento mismo en que la humilde familia de la menor conoció el abuso del que había sido víctima, libró una batalla por que la justicia actuara. Les ha tocado enfrentar la situación en medio de la escases económica y los gastos que trajo consigo alimentar a una boca más y hacerse cargo de las atenciones médicas especiales que requiere la bebé.
Burla a la justicia
Perdomo no se presentó a las audiencias programadas, y en cambio hacía llegar con su abogado defensor una fórmula médica suscrita por médicos de urgencias donde indicaba, que casualmente ese día de la diligencia se había enfermado.
Desde el momento en que fue capturado mediante una orden de captura, el hoy condenado se aquejó de dolencias físicas, incluso cuando fue llevado a audiencias preliminares, protagonizó un desmayo.
Hoy en día es buscado por las autoridades para que cumpla la condena proferida por el juzgado de Neiva.