La Nación
COLUMNISTAS

Conductores violentos

Conducir tranquilamente por las calles de nuestra ciudad no siempre resulta posible. No es raro encontrar ciertos conductores de motocicletas que transitan apresurados en zigzag entre los vehículos, otros más osados invadiendo las ciclo vías y en el peor de los casos, transitando por las zonas peatonales.

Se ha vuelto común en algunos conductores de vehículos, que estando el semáforo en amarillo empiezan a pitar apresuradamente, olvidando las normas de tránsito, enfurecidos porque otros no transitan a su misma velocidad, haciendo gestos con sus manos, evidenciando su descontento, lanzando todo tipo de palabras grotescas.

Sin duda alguna, se trata de una situación tensa, provocadora y desagradable. Por ello cada vez que alguien quiera desahogar su frustración, su enojo o su falta de cultura ciudadana, lo mejor que se puede hacer frente a estos particulares conductores, es aprender a mirar hacia nuestro interior, observar la reacción de nuestro cuerpo ante esas situaciones agobiantes, no perder el ritmo pausado de nuestra respiración, mantener el control en todo momento y aprender del mal ejemplo que brindan, para no caer en éste tipo de errores.

De esta manera esa persona seguirá su camino y nuestro bienestar no dependerá del estado de ánimo de los demás, de la falta de conciencia y respeto a las normas de tránsito. Es bueno mantenerse alerta con todo lo que ocurre a nuestro alrededor, pero es más importante, lo que ocurre en nuestro interior para no perder el control ante situaciones o personas provocadoras, que lo único que pretenden en inmiscuir a otros en sus problemas no resueltos.

Muchos dramas fatales se han derivado de peleas de tránsito. Quizás el calor, el caos vehicular o la frustración de conflictos personales no resueltos, eleva la irascibilidad e intolerancia de algunos y por supuesto, no se puede descartar la influencia del alcohol y las drogas en los actos violentos.

Para vivir bien y dejar vivir a los demás a su propio ritmo, lo mejor es alejarse de los violentos. Para reducir el número de accidentes provocados por comportamientos violentos, lo mejor es no ofender a los demás conductores, evitar cerrar el paso a los otros ni tomar acciones de otros conductores como personales, ya que esto es una razón por la que los otros manejen erróneamente. Finalmente esto nos ayudará a llegar a nuestro destino más tranquilos y no vernos arrastrados por el estilo de conductores violentos que transitan por las calles de la ciudad.